La búsqueda de personas desaparecidas en México tiene rostro de mujer. De madres, esposas, hermanas e hijas que buscan a sus seres queridos, de las que al menos 97% sufre violencias y afectaciones por una labor que le corresponde al Estado, según alertó un informe de Amnistía Internacional (AI).
El informe «Desaparecer otra vez: violencias y afectaciones que enfrentan las mujeres buscadoras en México» documenta un patrón de agresiones y daños que las buscadoras sufren de manera desproporcionada por el hecho de ser mujeres, mientras el Estado se desentiende.
El director de AI España, Esteban Beltrán, señaló a EFE la importancia de observar este fenómeno con perspectiva de género en el país que acumula más de 130 mil personas desaparecidas, según las cifras oficiales, y donde se estima que 90% de quienes realizan las labores de búsqueda son mujeres.
«Amnistía ha documentado que las mujeres son las que buscan los seres queridos, que son hombres desaparecidos(…) en su mayoría», recapituló Beltrán, y apuntó que para ello se ha documentado la existencia de más de 230 colectivos de búsqueda que hacen el trabajo de las autoridades y muchas veces se enfrentan a ellas.
Tras encuestar a 661 mujeres buscadoras, AI detectó que 97% enfrentan violencias y afectaciones al buscar a personas desaparecidas, donde destacan las amenazas (45%), extorsiones (39%), ataques (27%), desplazamientos forzados (27%), tortura (10%) y secuestros (6%).
También se encontró que 60% de las buscadoras han vivido un deterioro de las relaciones familiares, un 70% han tenido afectaciones de salud física y mental, y un 60%, pérdida de recursos.
Beltrán resaltó que «las mujeres se enfrentan a unos retos especiales en la búsqueda de sus seres queridos», como la inseguridad laboral, pues muchas han sido despedidas de sus trabajos por conjugar sus tiempos con las labores de búsqueda.
En algunos casos tienen también que asumir el rol de proveedoras del hogar —además de cuidadoras y buscadoras—, cuando sus familias se desintegran tras la desaparición de uno de sus miembros.
«Las mujeres se quedan con los hijos y tienen que compaginar su labor de madre y de esposa o de hermana con la labor de buscadora, que no ocurre en el caso de los hombres», indicó el director de AI.
Sumado a esto, Beltrán agregó que «hay un componente muy importante de estigmatización y revictimización de la mujer», pues el informe identificó que una de cada dos lo ha padecido por parte de autoridades e incluso de sus propias familias y comunidades.
«COHERENCIA» DEL GOBIERNO «DE MUJERES»
Por ello, Beltrán instó al Estado mexicano a reconocer que las desapariciones son un problema «congénito y enquistado», y a que refleje el mensaje de «un gobierno de mujeres», por ser el primero encabezado por una presidenta, Claudia Sheinbaum.
«Creo que sería coherente con esta posición que tiene el gobierno de apoyar y denunciar la violencia hacia las mujeres. En el caso de las buscadoras, no lo está haciendo», aseguró.
Entre sus recomendaciones, AI llama al Gobierno mexicano a reconocer a las mujeres buscadoras como defensoras de derechos humanos, lo cual solo ocurre en algunos casos.
«Cuando estas mujeres buscadoras buscan, luchan buscando a sus seres queridos, sustituyen al Estado, que es el que realmente debería investigar lo que está ocurriendo, por lo menos que tenga la protección del Estado que merece como defensoras de derechos», señaló.
Por último, Beltrán señaló graves deficiencias en el Mecanismo de Protección a personas defensoras en México, como reportes de buscadoras a quienes «no les funcionaba ni siquiera el botón del pánico» que les dan las autoridades para avisar de una emergencia.
En México, hay más de 130 mil personas desaparecidas y no localizadas, según la última actualización del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas (RNPDNO) que contabiliza las desapariciones desde la década de 1950.
DIARIO DE MÉXICO