En el marco de la Feria del Libro de Guadalajara invitaron a participar a un foro de mujeres en la política. El objetivo: la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisión en México.
El panel en el que participó Sauri “El liderazgo femenino e innovación sostenible para transformar al país” Dulce María compartió con Beatriz Paredes y Amalia García. Las tres exgobernadoras.
La convocatoria fue muy bien recibida, el auditorio estaba a su mayor capacidad, el interés general es que una mujer ocupe el cargo de presidente de la República. Dulce, inició con una aseveración contundente “Digámoslo con claridad, con decisión, con determinación: lo que viene en 2024 es la posibilidad de una presidenta de la República”
Dulce María por sus estudios es Socióloga, tiene también los grados de Maestría y Doctorado en Historia por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS). Obtuvo mención honorífica, el grado de Doctor en Historia con su tesis “Elites y desigualdad regional. Los casos de Yucatán y Nuevo León”. En la política, es militante del Partido Revolucionario Institucional, se desempeñó como la primera gobernadora de Yucatán. Además, fue secretaria general del CEN priista. Ha ocupado varios cargos: diputada federal y senadora como representante de su estado natal. Cuando fue gobernadora le tocó recibir al Papa Juan Pablo II en su tercera visita a México.
Al concluir sus estudios de Sociología trabajó en el Fideicomiso de Nacional Financiera, proyecto enfocado en la promoción del desarrollo regional Plan Lerma Asistencia Técnica, con sede en Guadalajara. Como muchos proyectos al cambiar de administración el Plan fue disuelto y se integró a la política.
En el Estado de Coahuila se desempeñó como técnica en Planeación. Reconoce que rompió una serie de paradigmas familiares al decidirse a estudiar su carrera en la ciudad de México. Siente pena al decir que estudió en la Ibero por recomendación de sus padres.
Contrajo matrimonio a los 20 años con José Luis Sierra Villarreal, parecía un cuento de hadas, el complemento, incluso en los ideales políticos; él de izquierda y ella militante del PRI, pero, el sueño se convirtió en una pesadilla. A 40 días de casados su esposo ingresó a la cárcel como preso político, en donde permaneció por siete años. Fue acusado de delitos que no cometió por su condición de crítico político por ser de izquierda. En las buenas y en las malas, siguen casados. Su hija mayor Dulce María, es Abogada, ya también casada, sigue sus enseñanzas en la política y labora en el Poder Judicial.
Su relación de pareja se basa en el respeto mutuo, comenta que a José Luis le ha tocado su carga por estar casado con la presidenta del PRI y a ella la carga de sus opiniones, actitudes contestatarias contra los gobiernos. Su esposo es un hombre muy crítico de los gobiernos lo que le ha traído enemistades de sus compañeras en el partido.
“No basta con quejarse” enfatizó Sauri en el foro. “Estamos en tiempos de proyectos queremos un país que pueda crear nuevos proyectos con las Tres C: Cuidar, Crear y Curar. Cuidar lo bueno que existe, los daños que le hemos hecho al planeta. Curar la violencia que tanto daño nos ha hecho, que el enfoque en la paz sea el hilo conductor del nuevo proyecto, del futuro de México. Crear, políticas públicas, participación ciudadana, compromisos con el medio ambiente y los derechos de las personas en todos los ámbitos incluso con las de diferencia de género. El deseo, la opinión general, es que una mujer estadista ocupe el cargo como Presidente de México.
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