Compartir

Hay un dicho popular “que no te atrape el síndrome del zopilote estreñido” lo que quiere decir que se la viven planeando y no actúan.

Cuando el zopilote se decide aterrizar ya le ganaron la comida.

Muchos le dan vueltas y vueltas antes de tomar una decisión, como ejemplo: para bajar de peso rápidamente, para aumentar músculo, recurren a cualquier tratamiento, «las medicinas milagrosas», entre más caras mejor. 

La diferencia entre ponerse en marcha, y actuar, se parecen pero son diferentes.

«Ponerse en marcha» significa planear, buscar estrategia, el mejor precio, en fin, pero se pueden quedar en planes y no producen resultados.

«Ponerse en marcha» por sí solo no produce efectos. «Actuar» es el comportamiento que conduce al resultado. Como escritor, puedes escribir ideas, iniciar, cambiar el plan, así tengas veinte ideas, pero hasta que no te decidas por un tema eso es actuar, llevar a la práctica.

Los pintores, inician con un lienzo, lo terminan y si no les gusta, se van a otro, si no se deciden no van a terminar ninguno. No toman en cuenta que lo que a ellos no les gusta por ser tan críticos, les agrada a sus clientes.

Los que tienen mánager, este se encarga de elegir con la visión del negocio.

En el caso de perder peso ya le dieron vueltas a la información en internet, compraron varios libros, se reprochan por su incremento de peso, pero, hasta que tomen al toro por los cuernos, acepten que necesitan un diagnóstico, van al especialista, se someten a un régimen de alimentación, a un plan de ejercicio, eso es actuar.

Otros en la desesperación se someten a cirugía bariátrica sin tomar en cuenta los efectos secundarios y los especialistas que con tal de tener clientes no les advierten de las consecuencias.

«Ponerse en marcha» no basta para obtener resultados, puede que se quede como el zopilote, dándole vuelta a la idea, otros para evitar el riesgo de fracasar, para evadir las críticas abandonan el proyecto, con el temor al fracaso prefieren no arriesgarse.

En el caso del que compró el terreno para construir y el material, pero cuando se le acabaron los ahorros se le terminó el entusiasmo y abandona por años la obra, no se le ocurre pedir un préstamo o vender lo que ya tiene. Así hay muchas obras abandonadas, pero el gobierno sigue cobrando el predial.

Es el mismo proceso de una relación, el enamoramiento, la cotidianidad y el desenamoramiento y terminan en una relación desvitalizada.

Los que tienen años de estudio se vuelven inseguros, buscan la perfección, pero se quedan con la idea de una calificación por lo que posterguen el resultado. Acostumbrados a las becas no buscan empleo tienen miedo a que los rechacen, a no ser lo suficiente para la empresa. Piensan por otros, de manera que no corren el riesgo, pero, como dice el dicho, «el que no arriesga no gana». Si quieres crecer, ganar más dinero, tener un mejor empleo, toma conciencia del hábito que quieres dominar, pon manos a la obra, domina el miedo, la inseguridad y visualiza un buen resultado.

La formación de hábitos es un proceso mediante el cual una conducta se vuelve automática por la repetición constante. Mientras más se repite más cambia la estructura cerebral para volverse eficiente. Los neurocientíficos le llaman potenciación a largo plazo.

Se refiere al fortalecimiento de las conexiones entre neuronas basado en patrones de actividad.

Con cada repetición, se envían las señales de una neurona a otra y se forman nuevas redes neuronales.

Repetir un hábito conlleva a cambios en el cerebro, por ejemplo, en los que se dedican a la música, el cerebelo, (órgano fundamental para realizar movimientos) es más grande.

Los matemáticos incrementan la materia gris en el lóbulo parietal inferior (encargado de los cálculos mentales y el cómputo de cifras) entre más experimentado es el matemático más grande es su materia gris. La repetición es una forma de cambio.

Cada que se repite una acción se activa un circuito neuronal que está asociado con ese hábito. Los hábitos siguen una trayectoria semejante que inicia con la practica esforzada de las conductas automáticas. «Automaticidad» es la habilidad de realizar una conducta sin tener que pensar en cada paso, hasta que la mente inconsciente está a cargo del hábito.

Es por eso que es tan complicado dejar los malos hábitos, como fumar, beber refrescos, la adicción a la pornografía en internet, la ludopatía, ingerir una droga legal o ilegal y la adicción a ciertos alimentos.

Muchos se preguntan cuanto tiempo se necesita para desarrollar un hábito, lo que importa es el empeño que le toman para ejecutar la conducta y la frecuencia es lo que hace la diferencia, hacerlo sencillo y hasta divertido.

rosamchavez@hotmail.com

Twitter @DrRosaCh