El 8 de Marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fecha para honrar a las mujeres que han hecho posible los avances de los derechos que ahora tenemos. Fecha que recordamos cada año para reflexionar y tomar consciencia de la lucha que han llevado a cabo por años muchas mujeres en la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en cuanto a las leyes, eso no quiere decir que se cumplan y que la mujer esté totalmente protegida, todavía falta camino por recorrer.
En nuestro país tenemos derechos jurídicos iguales hombres y mujeres, sin embargo, en años recientes las mujeres han sido violentadas y se incluyó el término “feminicidio”, un tipo de homicidio especifico en el que violan sus derechos por razón de género, el hombre asesina a una mujer, un acto de violencia extrema contra la mujer por razones misóginas, se considera violación a sus derechos.
En el área que nos falta avanzar es en lo individual y tiene que ver con los patrones, modelos heredados que guardamos en el inconsciente colectivo de la sumisión de las mujeres.
Las madres protegían más a los hombres con la creencia de que ellos serían los proveedores de la familia, el jefe de la casa.
Sin embargo, muchas mujeres se quejan, en la búsqueda de independencia nos echamos el doble rol a cuestas: el de madres y proveedoras. El hombre no ha tenido que luchar como las mujeres, ellos han tenido privilegios en toda la historia de la humanidad.
Las madres en su rol de nutridoras, con tan poca autoestima, bueno no sabían que era el amor propio, estaban educadas para servir a los hombres, a los hermanos y a los enfermos.
Bueno sin darse cuenta también es una forma de dominio, los hombres al tener tantos privilegios no tenían la necesidad de aprender a ser independientes. Ese rol todavía no se extingue por completo hay hombres que no saben ni calentar una tortilla, cocer unos frijoles o prender una lavadora, lo niegan, pero dependen de los cuidados de las mujeres.
Culturalmente al hombre lo enseñaban a trabajar, en el área rural desde muy pequeños y también aprenden el rol tradicional que ser macho es tener sexo con varias mujeres, además hijos con varias mujeres, beber alcohol, tener un arma para defenderse y arreglar cualquier conflicto a golpes, en ese rol el hombre tiene que demostrar que es fuerte, ocultar sus sentimientos y mostrarse distante.
Como me apenan esas mujeres que tuvieron hasta 15 hijos, muy obedientes y sumisas siguieron la creencia: “los hijos que Dios te de”.
La píldora anticonceptiva inició en 1966, con el inconveniente, los prejuicios de la religión son un obstáculo, los métodos anticonceptivos no son bien aceptados.
La educación sexual sigue siendo un tabú, de tal manera que en pleno Siglo XXI el embarazo en niñas es un problema social. En cuanto a la política las mujeres luchan por la equidad de género, no todas son independientes, no van solas, tienen sus padrinos, políticos de la vieja guardia.
También es un hecho, este gobierno no abona para la verdadera liberación de la mujer, hacen falta guarderías, y con la desaparición del Seguro Popular carecen de apoyo en su salud y la de sus hijos, les faltan prestaciones laborales. Sería conveniente tener incentivos del gobierno para que las empresas puedan prestar el servicio de guardería en el área de trabajo, así la madre no tendría que desplazarse a recoger a su hijo.
El gobierno no abona para apoyar a las mujeres trabajadoras, gasta en obras superfluas y quitó el apoyo a las guarderías, muchas mujeres dejaron de trabajar, con tan bajos salarios no les ajusta para pagar quién les cuide a sus hijos.
En cuestión de equidad de género todavía no encontramos el equilibrio, solo intercambiamos los roles tradicionales, la mujer se empoderó y el hombre no evolucionó a la misma velocidad que lo hicimos las mujeres.
El amor propio llamado autoestima es un valor que tenemos que cultivar, la mujer que sabe lo que quiere y conoce sus potencialidades no permite el maltrato laboral y el abuso sexual.
También tenemos que recordar que los cambios de humor son propios del género, solo tenemos que aprender a conocernos. “No somos bipolares, somos hormonales”.
En cuestión de género podemos conseguir lo que queremos, basta con marcar una ruta hacer un mapa y levar las anclas para navegar por el océano de posibilidades. La que tiene miedo crecer, siempre encontrará muchas excusas.
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