La muerte de 18 presos en un tiroteo evidencia que en las cárceles de Honduras están al descubierto el tráfico de armas y la infiltración del crimen en los presidios, considerados una “bomba de tiempo”.
Impera en estos el hacinamiento y otras condiciones precarias en la que viven los reclusos.
El hecho violento se produjo la tarde del viernes en la cárcel de Tela, departamento de Atlántida, donde se dio un tiroteo entre reclusos que se saldó con 18 muertos y 16 heridos.
Las autoridades decomisaron en las últimas horas cinco armas de fuego calibre 9 milímetros, las que supuestamente fueron utilizadas por los presos en el penal.
La matanza se registró dos días después de que una junta interventora de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) tomara el control del sistema penitenciario por orden del Poder Ejecutivo.
Control
El portavoz de la Fusina, José Coello, dijo que los militares y policías retomaron el control de la cárcel, la cual hasta ahora no ha sido intervenida por la junta nombrada el martes por el Poder Ejecutivo.
Hasta el momento se desconoce el motivo de la revuelta y las autoridades de la Fusina indicaron que están a la espera de un informe más específico al respecto.
Después de la reyerta varias decenas de familiares aguardaban frente al penal en espera de información.
La situación se tornó dramática por los gritos y llanto desgarrador de muchas personas.
Coello indicó que las autoridades penitenciarias continuaban ayer con las “operaciones de requisa” en los diferentes módulos de la cárcel de Tela para confirmar si hay más armas de fuego.
El Gobierno hondureño declaró el 17 el estado de emergencia en el sistema penitenciario, después de varios episodios de violencia en al menos cinco cárceles y suspendió a funcionarios del sistema penitenciario.
FUENTE: EFE, CANDELERO, 22-12-19.