Siete de cada 10 cortes y desvíos viales que aplica la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en el Primer Cuadro del Centro Histórico carecen de justificación y sentido, por lo que sólo obedecen a decisiones arbitrarias que ahuyentan a clientes y merman las ventas potenciales de los comercios de la zona hasta en 60%, denunció la organización Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar (Concomercio).
Gerardo Cleto López Becerra, presidente de la organización, afirmó que una constante en la zona es que policías de tránsito mantienen vallas, patrullas atravesadas o barricadas después de cinco o seis horas de que terminaron protestas o manifestaciones “y, en el peor de los absurdos, aplican desvíos o cierres sin marchas ni razón alguna, lo que provoca que el arribo al primer cuadro de la ciudad implique hasta hora y media de tiempo en trayectos que tardarían unos 30 minutos, en promedio”, lamentó.
“Los clientes llegan a tardar hasta hora y media en andar sorteando los cierres de las vialidades; por ejemplo, del sur al norte, a través del Eje Central, al llegar a Fray Servando Teresa de Mier, a la altura de la colonia Obrera, es un calvario, y para llegar del norte al centro, el problema empieza si vienes sobre Paseo de la Reforma a partir del Eje 1 Norte, ahí empiezan los desplazamientos con mucha dificultad, típicamente el cruce de Reforma con Hidalgo es muy complicado y sobre todo dar la vuelta sobre Avenida Juárez para tratar de llegar al centro”, comentó el dirigente.
EL 30% SÍ TIENE SENTIDO
Así, López Becerra estimó que sólo 30% de los cierres y bloqueos viales se aplican justificadamente por la presencia de marchas o protestas en el primer cuadro de la ciudad, pero el resto obedecen a simple decisiones arbitrarias y sin elementos.
“Siete de cada 10 cierres o desviaciones viales que aplican policías de tránsito no tienen sentido en la zona centro de la Ciudad de México y simplemente prolongan, aún más, las horas de traslado”, denunció.
Para el presidente de Concomercio, esta situación ahuyenta a millones de consumidores potenciales que inicialmente tienen la intención de surtir sus compras en boutiques, comercios, ferreterías, fondas, joyerías, papelerías, zapaterías y demás negocios de la zona, pero ante lo complicado y costoso que resulta —tiempo, gasolina, costo por estacionamiento, etcétera—, prefieren ir a plazas comerciales que existen en otras zonas de la capital.