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Por Rosa Chávez Cárdenas.

Carmen Beatriz creció en una familia de intelectuales.

Su abuelo fue escritor, nació en Guadalajara, los géneros que le otorgaron fama fueron la Novela y el Relato motivo por lo que fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Dejó como herencia su biblioteca. Su nieta es una gran admiradora de su legado. Su padre José López Portillo fue Presidente de México, un personaje muy inteligente y polémico. Pasó a la historia por sus palabras “defenderé al país como un perro”. Carmen le escribió un día a su padre: “ojalá mis hijos me admiraran tanto como yo te admiro a ti”.

Estuvo casada con otro intelectual, diplomático, dos veces fue Secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa. Tuvieron dos hijos, Rafael y Leonora. “Desde que mi padre supo que estaba embarazada me sugirió que le pusiera por nombre Leonora”. Cuando se divorciaron, lo más difícil no fue repartir los bienes materiales, sino los libros. “Duramos dos días revisando, llorando, los libros tenían anotaciones de ambos”. Tovar y de Teresa falleció a los 62 años.

La trayectoria de Carmen es extensa. Cuenta con varios reconocimientos por su gestión educativa y cultural. Como Rectora del Claustro de Sor Juana ha recibido varios galardones por su labor en el logro de que la Universidad se convierta en líder en Humanidades y Gastronomía. Abogada de carrera, con maestría en Historia Latinoamericana por la Universidad de la Sorbona.

El Jurado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024 «Bibliófilo José Luis Martínez», aprobó la excelente trayectoria de Carmen Beatriz honrándola con Diploma y Medalla que le entregó José Trinidad Padilla, recién nombrado presidente de la FIL. Carmen comentó: “Las historias, las ideas registradas en los libros abren horizontes”.

Su hija Leonora fue la encargada de presentar una semblanza de su madre mostrando el amor y la admiración que siente por ella diciendo: “Mi madre es tan valiente que puede enfrentarse a un dragón”. Carmen creció entre libros y lecturas, recuerda como desde pequeña su abuelo les compartía libros de acuerdo con su edad, de autores famosos. “Entrar a la biblioteca de mi abuelo era como entrar a un templo. Descubrimos el país de nunca jamás con las lecturas de mi abuelo” comentó.
En la familia López-Portillo no es elección, es casi obligación continuar en el área de la cultura.

Para Carmen es un disfrute la lectura, a la pregunta de “¿Con quié personaje te gustaría platicar? su respuesta demuestra la admiración que tiene por ella “Con Sor Juana”.

¿Qué libro te gustaría ser? le han preguntado. «Prefiero ser un cuaderno».

Muy querida por muchos escritores famosos que dieron su testimonio en un video y la acompañó el famoso flautista Horacio Franco que deleitó a la audiencia con una pieza «La Chacona», informando descubrir que la cantaban los indios en Tampico, y se cree que la trajeron los marinos de los barcos que llegaron a ese puerto. Recibió una gran ovación.

Tomo algunos extractos del agradecimiento:

“Hoy acudo a la palabra más luminosa de la lengua para agradecer ser símbolo y puente, pretexto para reconocer la dimensión que nos abre al saber y al conocimiento de otras vidas, otras conciencias, otras interrogantes, otras imágenes culturas y miradas, otros recuerdos. Festejar a alguien por el amor que tiene por los libros y la lectura es como festejar, el amor o la curiosidad, es celebrar la vida, toda la vida y agradecerla. Agradecer que haya seres que a través de la palabra enriquecen lo que somos y nos permiten asomarnos, vislumbrar, aproximarnos al otro, a la otra que somos. Recibir este reconocimiento que lleva el nombre de un amigo entrañable que me acercó al amor por los libros es un privilegio, como lo es ser la segunda mujer en recibir este homenaje. Gracias a todos los que me acompañan, a la Universidad de Guadalajara, a la FIL, al Jurado que ha decidido que este año sea yo el objeto de este homenaje”.

rosamchavez@hotmail.com