Por: Sócrates A. Campos Lemus
Que conste…son reflexiones!
(Es un nuevo año y no pienso hacer promesas, sino vivir intensamente lo que me resta del tiempo).
Es seguro que pensamos en lo que debemos alcanzar al inicio de un nuevo año.
Como que nos sentimos renovados y con ganas de ser distintos sin pensar que en realidad siempre somos distintos.
Sí, somos diferentes, porque nada es igual, todo cambia, nuestro cuerpo cambia minuto a minuto, nuestra piel se renueva a cada instante, nuestro cerebro renueva ideas y neuronas y recuerdos.
Todo eso que pensamos es lógico para el buen vivir, nuestro corazón bombea a cada instante como un río inmenso recorriendo todos los lugares para dar oxígeno o retirar basuras. Y defecamos y comemos y nos llenamos y vaciamos y debemos entender que para renovarse hay que vaciarse es bien importante, porque al final de cuentas tenemos límites, y para crecer debemos dejar lo pasado y lo inservible para llenarnos de nuevo y de presente.
Hace algunos años pensaba en que teníamos que buscar caminos cuando ahí estaban, solo teníamos que caminarlos y no perder el tiempo en buscarlos. Hay que arriesgarse a tomar las rutas que nos marca la vida en vez de andarle dando muchas vueltas a la realidad.
Como que siempre nos ponemos a pensar en el futuro y rascamos el pasado buscando recuerdos gratos o la justificación a nuestros actos sin tener en cuenta que ya lo hecho, hecho está, y que seguir adelante es una obligación de vida para no dejarse caer y pasar el tiempo lamentándose y alimentando los recuerdos y cargando los fardos del resentimiento, arrepentimiento o el odio que nos encaja en las sillas y las camas para inmovilizarnos hasta el morir.
La vida no es así, si volteamos a la naturaleza veremos que todo sigue, independientemente de las tragedias y las pasiones o ambiciones que hacen bolas a las gentes y no las dejan ver el buen vivir.
Sí, sí, tenemos pandemia y es gran parte nuestra culpa, pero hay caminos y buenos resultados y en vez de esperar los tiempos nos quejamos de que no llegan las vacunas o no se ajustan nuestros deseos a la realidad y todo lo ponemos en duda en vez observar que recuperamos los mares y los aires y que los animales salen a las calles y los aterrorizados y miedoso a la muerte se guardan en sus casas lamentándose de todo y odiando todo hasta desfallecer y morir en los intentos.
Hace apenas unos días, en el Día de la Soledad, una mata de jazmín que me regalara un buen amigo, comenzó a florear y a dar su aroma que me llenó de alegría cuando lo sentí y entonces me di cuenta de que las flores son tan delicadas que despiertan el espíritu y nos sensibilizan para ver las cosas en forma distinta, diferente. Dicen los científicos que cuando en la tierra salieron las primeras flores se produjo un gran cambio en el mundo y de ahí la evolución cambió las rutas y hasta la fecha, todo está cambiando.
La realidad es que nos quejamos, tal vez porque no entendemos que los cambios no son más que obligados porque así es de cambiante la vida, ya que nada es para siempre y hay que saber esperar y leer los tiempos y las circunstancias.
“Nos vamos llenando de miedos y esto es lo que nos ataranta” dirían las viejitas que mantienen viva su esperanza. Efectivamente, estamos atarantados y deseamos que no nos falte nada ,cuando no nos damos cuenta de que nada falta, tenemos vida y estamos con los que queremos y amamos, tenemos cosas que agradecer y por las cuales agradecer hasta los bocados que comemos, por el agua que nos llega y tomamos o con la que nos lavamos, por el aire que respiramos, por lo que vemos a cada instante y a cada paso, por las notas y risas que escuchamos, por el aire que sentimos y el calor que nos deja el Sol y los olores de la lluvia cayendo a la madre tierra para fecundarla y darnos alimento.
Lo que sucede es que perdimos los ritmos del crecimiento de las cosas, queremos comer en primavera la fruta que se produce en invierno y obligamos a cambiar y mantener congeladas los restos en vez de en consumirlas en su tiempo. Modificamos a los animales para comer más, cuando deberíamos cuidarlos para tenerlos y poder darles más y recibir más en su momento. Queremos llegar en minutos en lo que debemos poner horas y aceleramos y nos matamos en el paso y creamos contaminación y perdemos la paciencia y culpamos a los otros y no vemos lo que hacemos porque somos cobardes y huimos de las responsabilidades para con todos los demás.
Pensamos que la reflexión solamente es pensar en lo que quiero, en la moda, en el vestido nuevo, en el carro, en las vacaciones, en el buen comer hasta engordar, en el buen beber hasta perder la idea del placer, en fin, buscamos solamente llenar las arcas y tener de más olvidando a los que nada tienen y necesitan más ¿hace cuánto tiempo no piensas en el amigo que ya no te llama y lo buscas, o al pariente que se alejó y lo atraes y hace cuánto tiempo no das limosna, ni siquiera volteas a ver al chico que limpia el vidrio de tu carro o lo invitas a comer un taco o le preguntas si tiene sed o hambre o está triste o enfermo?
Así es el egoísmo que vamos concentrando y solamente dejamos de ser lo que somos por que no entendemos que lo que vale es la vida y lo que importa no es la muerte.
Empeñarnos en vivir es lo mejor para el buen vivir y tener algo de tranquilidad y felicidad. De nada nos sirven muchos pares de zapatos si al morir los dejamos sin usar, de nada sirven las chamarras presuntuosas para darse “taco” si hay otros que pasan frío terrible en el alma y en el cuerpo, de nada sirve beber los mejores vinos sin hay gente que muere de sed y ya no tiene lágrimas para el llanto, de nada sirve comer hasta vomitar y engordar cuando hay niños y gente que sufren por no tener un pinche taco, de nada sirven los carros para viajar lejos y rápido cuando hay muchos que no tienen zapatos y ni siquiera piernas para caminar, de nada sirve pues la riqueza cuando la pobreza está ahí haciendo estragos en los que deben ser nuestros hermanos, sí, a lo mejor no podemos resolver todo, pero podemos tener la aportación de alguito y de poquito a poquito se van resolviendo los peores males, y el mejor a resolver, es dejar de estar en el pasado para podernos llenar de presente y VIVIR…. Tengan un buen año 2021.