El primer gol de la historia del Mundial de Clubes, al segundo partido, lo marcó a los cinco minutos y 19 segundos Kingsley Coman, con un cabezazo que allanó el camino en el apacible paseo inaugural del Bayern Múnich, ganador incontestable, previsible y diez veces goleador frente al Auckland City, a años luz suyos, en la reaparición dos meses y diez días después de Jamal Musiala, autor de un ‘triplete’.
Ni la más mínima emoción ofreció el encuentro, ni siquiera un instante de incertidumbre, nada parecido a un duelo a la altura del torneo que debe transformarse en la atracción más formidable del planeta fútbol, reducido a un ejercicio de superioridad tan esperado como sencillo del bloque alemán contra el campeón de Oceanía. Más que un rival menor.
La diferencia fue un sofoco para el Auckland City, incapaz incluso de defenderse, por más que acumuló jugadores en torno a su área, encerrado desde el primer segundo, consciente de que no tenía nada que hacer en ningún momento del choque, expuesto ante el mundo de que no tiene nivel para competir en un torneo con estos equipos.
Mucho menos aún con el Bayern, que necesitó menos intensidad que un mero partido de entrenamiento contra su filial, ganador ya desde el minuto cinco y 19 segundos, cuando Coman cabeceó a gol un pase con la testa de Jonathan Tah, el central que viene del Bayer Leverkusen y uno de los dos refuerzos para el Mundial de Clubes del conjunto bávaro.
El segundo gol fue en el minuto 17 y 18 segundos, con una facilidad impropia de un Mundial de selecciones, por ejemplo. El centro al área fue de Kimmich, el toque atrás de cabeza de Coman, cuyo futuro está en el aire, y la volea de Boey. El 2-0. El primer gol del lateral derecho francés de 24 años con el conjunto alemán, en su vigésimo encuentro.
Apenas un minuto y 47 segundos, en el 19:05, después fue el 3-0, de Michael Olise, una de las sensaciones de la temporada en el fútbol europeo. Son 18 goles y 19 asistencias en su primer curso en el Bayern a sus 23 años. Y justo en el 21 fue el 4-0, con el segundo tanto de Coman, la figura que puso más que en evidencia al Auckland. No parece su sitio.
Harry Kane también quiso su gol. Primero se lo negó Tracey, cuando estrechó el ángulo para el incomparable goleador inglés. Mientras el Bayern fue más allá, con el 5-0 de Thomas Müller y el 6-0 de Olise (dos tantos y una asistencia en el primer acto), con un zurdazo muy suyo desde fuera del área a media altura y ajustado al poste, lo extraño era que en tal atracón de tantos no hubiera ni una sola diana de su ariete más concluyente.
Kompany dio descanso ya a Coman y Olise. Dio entrada a Lennart Karl, un chico de 17 años cumplidos el pasado febrero, nacido en 2008, extremo derecho de 168 centímetros, debutante con el primer equipo del Bayern (hasta ahora había ido convocado cinco veces sin jugar ningún minuto) y atrevido. Lo probó con la izquierda, con la cabeza, encaró, regateó… Dio un aire de energía al Bayern entre la comprensible relajación general.
También retornaron a la competición después Jamal Musiala y Dayot Upamecano, dos titulares de Vincent Kompany en esta campaña, lesionados en el tramo final de la pasada Bundesliga y necesitados de recorrido en su puesta a punto. El centrocampista no jugaba desde el pasado 4 de abril, cuando se lesionó contra el Augsburgo. El central, mientras, permanecía de baja desde diez días antes, desde el mes de marzo. Ya están listos.
Musiala lo celebró con el séptimo gol del día. Un derechazo desde el borde del área al que no alcanzó el portero Conor Tracey, el mejor de su equipo, pese al 7-0. Aún añadió el 8-0 el internacional alemán de 22 años. Y el 9-0. El 10-0 fue de Thomas Müller. Es la primera fase del Mundial de Clubes…
Con información de EFE/Foto: EFE