Jesús Te Ampare

¡El avión, jefe!, ¡el avión!… y resulta que la aeronave jamás aterrizó; y no aterrizó porque el piloto era un fantasma terrestre que solo se posaba en nóminas oficiales de las dependencias que comanda todavía don Cuitláhuac García.

El gobernador llegó al poder –impulsado por su mentor AMLO—con un disfraz académico-intelectual muy honesto, muy eficiente y dispuesto a erradicar la corrupción y la impunidad.

¡No somos como los que nos antecedieron!, presumía a los cuatro vientos.

Pero, ¡oh! sorpresa: ¡llegaron los desaciertos! Resulta que con su aval o no, aparecieron en numerosas oficinas nóminas de “aviadores” amigos, parientes, recomendados, amantes y hasta los famosos «soplanucas».

Todos ellos operan como empleados fantasmas que perciben salarios sin trabajar.

La Comisión Estatal Anticorrupción, debería sancionar a funcionarios que ocultan maliciosa y cautelosamente a estos “espectros” vivales. Y  establecer, además, una estricta regulación penal que combata el abuso de la autoridad por desviar recursos públicos.

Con el tiempo, “Don Gato y su pandilla”, se convirtió en experto eficaz de la corrupción: generar gastos excesivos en “aviadores” que cobran jugosos salarios en diversas nóminas.

Basta de “asalariados” que no retribuyen en nada a la sociedad ni al gobierno.

El don de mando debe tener mano firme (y no timorata y enclenque) para evitar que se paguen favores políticos con estos mecanismos ilegales de saqueo, a costa de los bienes del pueblo.

Tan pronto la gobernadora electa Rocío Nahle conozca (lo más seguro es que ya posea una radiografía de los “aviadores”) las “debilidades” de esta administración, se sorprenderá al encontrar un auténtico “cochinero” (que dejarán estas “fichitas”) que sirvió de puente para enriquecer a quienes llegaron sin pan y sin trabajo.

Ya se van…locos de contento.

Viene el vómito negro.

ceciliogarciacruz@hotmail.com