En un estudio discreto de la colonia Condesa, en la Ciudad de México, la tinta se convierte en arte y símbolo. Ahí trabaja Aura Espinosa de los Monteros, tatuadora con 18 años de experiencia que ha hecho del cuerpo femenino un lienzo para explorar la belleza, la transformación y la dualidad.
Espinosa se ha consolidado como una de las figuras más destacadas del tatuaje artístico en México. Su estilo fineline se caracteriza por trazos delicados y minuciosos en tinta negra, donde las flores se entrelazan con serpientes, mariposas y otros símbolos naturales que remiten a lo femenino, lo cambiante y lo ancestral.
“Una flor y una serpiente pueden decir lo mismo: transformación, deseo, vida”, comenta la artista, cuya obra no se limita al tatuaje, sino que también incluye pintura, ilustración y exploración simbólica desde una perspectiva profundamente estética.

El tatuaje en México: de lo marginal a lo artístico
Durante décadas, el tatuaje en México fue asociado con estigmas sociales, sin embargo, en los últimos 20 años ha vivido una transformación profunda. De acuerdo con un estudio de la UNAM, más del 32% de la población adulta en México tiene al menos un tatuaje.
Además, el país cuenta actualmente con una creciente industria del tatuaje profesional, con festivales internacionales, estudios especializados y una comunidad cada vez más diversa de artistas —muchos de ellos mujeres— que reivindican el cuerpo como un medio de expresión personal y artística.
Aura Espinosa, que ha participado en residencias y convenciones en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, París, Madrid, Roma y Tokio, forma parte de esta nueva generación de tatuadoras que no sólo dominan la técnica, sino que dotan de contenido simbólico y narrativo a cada obra.
FUENTE ; DIARIO DE MEXICO