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La oferta turística de Acapulco, uno de los puertos más visitados de México, aún es menor al 60% de lo habitual tras un año del huracán Otis, el segundo más devastador a nivel económico en la historia del país.

Las habitaciones ya habilitadas para los turistas en Acapulco son 11,500 de las 19,600 que había antes del ciclón, es decir, el 58.68%, según autoridades turísticas de Guerrero, estado del sur donde Otis impactó el 25 de octubre de 2023 tras crecer de tormenta tropical a huracán categoría 5 en un récord de menos de 12 horas.

La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reportó esta semana que atendieron 44,653 siniestros por un monto de cobertura estimada en 39,343 millones de pesos, por lo que es el segundo huracán más costoso en la historia de México.

La recuperación del sector ha sido lenta, lamentaron empresarios y trabajadores del sector en entrevistas con la agencia informativa EFE, como Luis Fernando Aguayo, empleado de un hotel en la Costera Miguel Alemán rehabilitado al 100%, que ahora ha colocado ventanas antihuracanes y otras tecnologías.

“Lento todo, a nivel familiar (la recuperación) es lenta, todo Mundo pide apoyo, ayuda, que nos vean, que nos observen, a nivel laboral hay muchos hoteles cerrados, no sé el porcentaje, pero yo lo que he visto es un 50-50, entonces hay muchos que están saliendo de Acapulco para poder sobrevivir”, relató.

Un golpe al paraíso turístico

Además de más de 50 muertos, el golpe del huracán golpeó la economía de Acapulco, donde casi 9 de cada 10 de los habitantes recibe algún ingreso del turismo, según el Gobierno municipal.

Alejandro Cabello, dueño de un restaurante en playa Bonfil, recordó que la situación que vivieron fue grave, pues los primeros meses no hubo actividad económica hasta que llegó diciembre y el puerto se abrió para recibir al turista y tener dinero, aunque no había las condiciones necesarias.

Después las esperanzas fueron en Semana Santa, pero tampoco llegaron al nivel de años anteriores.

“Si hay muchos que no se han levantado, nosotros sí logramos y creo que la gran mayoría levantaron, no totalmente, pero si gran parte de nuestras instalaciones se reactivaron, se remodelaron en muchos lados y se pudo trabajar, pero en otros lados no lo han hecho, no han podido”, señaló.

El problema para que estos negocios no abran tras un año es la gran inversión que necesitan hacer, además la falta de mano de obra y los precios elevados de algunos materiales.

“No fue al 100%, pero un 60% o 70% en mi caso se recuperó, en cuanto a la clientela no ha fluido como en otras temporadas, en otros años y esperamos que ahora en diciembre se nivele”, puntualizó.

Y otros problemas se agudizan

El sector padece también porque hace un mes, el 23 de septiembre, Guerrero sufrió el inesperado golpe del huracán John de categoría 3, algo que no estaba inicialmente pronosticado y dejó más de 20 muertos en el estado.

Además, el puerto padece por la violencia generalizada en Guerrero, que afronta una pugna del crimen organizado que coloca al estado en los primeros lugares de homicidios.

“Es una situación grave, esperemos que de aquí a noviembre en adelante esto mejore, la inseguridad es lo que nos está afectando pero el hotel con su departamento de ventas y la potencialidad que es una estructura nueva pues sí podemos avanzar, pero creo que todos estamos esmerándonos a nivel Acapulco”, señaló Aguayo.

Para todo el sector turístico, la esperanza se centra en las próximas vacaciones decembrinas, cuando esperan tener un promedio general del 80%, sobre todo en la semana más fuerte, después de la Navidad y los festejos de fin de año.

Autor
EFE