En México, los precios de las consultas médicas registraron un incremento sin precedentes en más de dos décadas, como resultado de la creciente presión sobre el sistema de salud pública, que se ha mostrado incapaz de responder a la alta demanda de atención.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en abril los costos de las consultas aumentaron 6.1%, la mayor alza desde enero de 2004. Este incremento incluye servicios médicos generales, especializados, consultas durante el embarazo, control de peso, y atención con curanderos, hueseros o quiroprácticos.

El análisis del Inegi, que abarcó 55 ciudades del país, revela que desde julio del año pasado, las consultas médicas han registrado incrementos superiores a la inflación general, que en abril se ubicó en 3.9%. En particular, las consultas prenatales reportaron un aumento de 6.7%.

Especialistas advierten que el encarecimiento de los servicios médicos está relacionado con el deterioro del sistema público de salud en los últimos seis años. Luis Fernando Hernández Lezama, presidente del Comité Técnico de “Soy Paciente”, señala que este debilitamiento responde a múltiples factores, como la desaparición del Seguro Popular, las reformas para combatir la corrupción en las compras consolidadas, la escasez de medicamentos y los efectos de la pandemia de Covid-19.

“Todo esto ha modificado sustancialmente la forma en que más personas acuden al médico. La propia Secretaría de Salud indica que durante los últimos años hay un alza importante de personas que asisten a consultorios de farmacia y también existe un incremento en consultorios ligados a domicilios de personas que ponen sus pequeños consultorios en su casa. Una encuesta del Inegi apunta que hasta 64% de la gente prefiere acudir con médicos privados”, explicó en entrevista con El Gran Diario de México.

El especialista, quien fue secretario técnico adjunto del gabinete de salud entre 1984 y 1989, destacó que el alza de precios responde a una lógica de mercado. “Es algo preocupante que la salud se vuelva un negocio. Por eso vemos que mientras haya mayor demanda de servicios, más aumentan los precios. Así, bajo la lógica del negocio y el descuido del sector público, vemos que los precios responden cada vez más a los precios internacionales de medicamentos y equipos médicos”, señaló.

Durante la pandemia, la producción de medicamentos distintos al Covid-19 se redujo, lo que afectó la oferta y elevó los precios. Lo mismo ocurre con el equipo médico que requieren los consultorios privados, cuyos costos son transferidos a los pacientes.

“Los médicos adquieren el equipo para trabajar, pero los costos de las consultas suben porque al final se transfiere el costo de la inversión a los clientes, y es que los hospitales privados han aumentado su tecnología y quieren rápidamente recuperar sus inversiones”, comentó el líder de Soy Paciente.

El aumento de costos ha dado pie al crecimiento del turismo médico en el país, fenómeno que podría intensificarse si no se fortalecen los servicios públicos. Hernández Lezama criticó la falta de presión social y voluntad política para atender esta crisis, ya que muchas personas destinan los recursos de programas sociales a gastos inmediatos en salud y alimentación.

“Los recursos de los programas sociales se están destinando a gastos inmediatos, que tienen que ver normalmente con salud y alimentación. Esto hace que la respuesta de la gente no sea contundente para evitar que el sector público decaiga y que la rentabilidad de los privados crezca de 200% a 300%”, mencionó Hernández Lezama.

Los retos se agravan cuando los pacientes necesitan atención especializada, como cirugías, tomografías o tratamientos para enfermedades crónico-degenerativas, dado que los hospitales públicos enfrentan escasez de medicamentos, personal y equipos.

Cifras del Inegi indican que los servicios de hospitalización general aumentaron 6% en abril, y los relacionados con el parto y el puerperio subieron 6.2%, el mayor incremento desde diciembre de 2023. Entre los medicamentos con mayores alzas destacan los usados para tratar la diabetes (7.5%), los antiinflamatorios (7.2%) y los anticonceptivos u hormonales (6.7%).

La encuesta “Tendencias Médicas Globales 2024”, de la consultora WTW, reveló que México presentó una inflación médica de 13.3% en 2023. “Los sistemas de salud pública se han visto desbordados por la gran demanda y los limitados recursos que hay disponibles, lo que obliga a depender de proveedores médicos privados”, destaca el documento.

Según la misma fuente, se prevé que la inflación médica alcance 14.9% en 2025, impulsada por el aumento en el costo de medicamentos y nuevas tecnologías.