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Por: Cecilio García Cruz

ceciliogarciacruz@hotmail.com

Jesús te Ampare….

A casi un año de haber asumido el poder, Andrés Manuel López Obrador, sigue siendo el ave de las tempestades.

Sus adversarios le llaman zorro astuto, tramposo y bipolar, que está haciendo la compra de votos más grande en la historia de México.

Para otros, es un benefactor que da prioridad a la clase más marginada.

Polariza en su persona el sentir de la población.

En su momento fue el símbolo de la oposición, encabezando protestas, marchas y plantones que cimbraron al país.

Puso en jaque a todo un sistema político, al que, al final, derrotó y se entronizó en el poder.

Como eran sus deseos primigenios, vive en Palacio Nacional, que por más de doce años le cerró la puerta en su nariz.

Sin saber, sus acérrimos enemigos del PRIAN, le construyeron la casita (departamento) que tanto añoró, ahí, en el corazón de la Ciudad de México.

Rodeado de grandes salones, enormes pasillos, biblioteca, comedor, despachos suntuosos e históricos, se acomodó en un rinconcito de Palacio Nacional con su familia.

Cumplió un recóndito deseo personal.

Dicen que por las madrugadas disfruta observar desde el balcón principal de Palacio Nacional, el Centro Histórico, la Catedral y los movimientos de los ciudadanos trasnochados.

Y en el centro del poder, desde muy temprano lanza todos los días sus catilinarias, sus sermones políticos en sus “mañaneras”, para marcar la agenda nacional.

Eso sí, nadie le puede contradecir temas que para él son realidades.

Prometió y está cumpliendo, una profunda renovación, un cambio de régimen, no de gobierno.

López Obrador está en campaña para lograr la Cuarta Transformación.

Sus declaraciones siguen polarizando, creando reacciones de todo tipo.

No todas son favorables, como las que ha vivido recientemente en sus recorridos por el país. Hay inconformidad que se manifiesta abiertamente.

En Ciudad Valles, San Luis Potosí, los enfrentó, los increpó, los regañó y los corrió, haciéndose, además, la víctima y soltando, con un dejó de melancolía un “yo no merezco esto”.

No perdió la oportunidad para afirmar que no se chupaba el dedo y que todo estaba orquestado, que era una acción de sus enemigos neoliberales, es decir que eran provocadores.

Las protestas han seguido, incluso en Veracruz.

En plena sierra del centro del Estado, en una de las zonas paupérrimas del país, Zongolica, médicos y enfermeras corridos del IMSS, se abrieron paso a través de las vallas de protección para exigir ser escuchados.

Aseguran que los corrieron para darles su trabajo a médicos cubanos que pronto llegarán al país.

No hubo seguridad que pudiera detenerlos y si bien no llegaron hasta la investidura del mandatario, su acción demostró, como en Ciudad Valles, que es muy fácil acceder al jefe del Ejecutivo.

Sin embargo, el tabasqueño, cambio su táctica y en lugar de “encabritarse” y regañar a los protestantes, en su siguiente evento, en Coscomatepec invitó a los integrantes del sector salud inconformes a que se manifestaran ante el micrófono.

Encauzó la polarización de una manera positiva.

Este estilo de tener contacto personal con el Ejecutivo, en un régimen democrático es saludable, pero también riesgoso.

La seguridad del Presidente está en juego.

Andrés Manuel asegura que no reforzará su vigilancia personal, pues “el pueblo bueno” lo cuida, pero algo está sucediendo en su entorno, porque hay preocupación por su seguridad.

Son muchos los callos que está pisando y de gente rencorosa, además de económicamente poderosa.

Dos botones de muestra: Los empresarios a quienes canceló el aeropuerto de la Ciudad de México y la industria farmacéutica, a quienes vetó en las licitaciones del sector salud.

Además, los miles de empleados del pueblo bueno que votó por él y que se han quedado sin trabajo, por los despidos masivos que ha provocado su Cuarta Transformación.

Así que la seguridad del Presidente, es un tema que preocupa a nivel nacional.

Esta vorágine transformadora seguirá su racha, su onda expansiva en los próximos meses.

El presidente López Obrador prometió que de aquí a fin de año cimentará sus cambios en la sociedad, para que la Cuarta Transformación sea una realidad a largo plazo.

Y todo, porque sigue siendo el mismo, el ave de las tempestades que polariza las opiniones y provoca reacciones encontradas.

GRAN FINAL EN ORFIS

El próximo jueves 26 de este mes patrio, el pleno de la Cámara de Diputados deberá votar y ungir al nuevo Auditor General del ORFIS.

Los nombres de los finalistas ya están en el escritorio principal de Palacio de Gobierno.

La decisión será entre Sergio Vázquez Jiménez y Cecilia Coronel Brizio, dos profesionales prestigiosos con una trayectoria de respeto en ese gremio.