El Ejército de Israel mató al menos a 18 personas e hirió a otras 60 con un bombardeo sobre la escuela Abu Hamisah del campamento de refugiados de Bureij, en el centro de Gaza, que refugiaba en su interior a desplazados del enclave, confirmó a EFE, Jalil al Digran, portavoz del Hospital Mártires de Al Aqsa.
“Atacaron esta escuela y esto ha causado 18 muertos y más de 60 heridos, la mayoría niños, mujeres y personas de avanzada edad. Sigue habiendo numerosos heridos y fallecidos entre los escombros”, explicó a EFE, Al Digran, quien aseguró que las ambulancias llegan sin cesar al hospital con las víctimas del ataque.
Según la prensa palestina, el ataque, dirigido contra la tercera planta de la escuela, mató al menos ocho menores de edad.
Poco después de la matanza, las fuerzas armadas israelíes dijeron en un comunicado que “hace poco, el Ejército y la Agencia de Seguridad Interior (el Shin Bet) atacaron a terroristas que estaban operando en un centro de mando y control de Hamás en el centro de la Franja de Gaza”, si bien no aportó pruebas al respecto.
El portavoz del Mártires de Al Aqsa resaltó que el centro tiene dificultades para atender un número de heridos tan elevado, especialmente con lesiones graves, algunos en la cabeza o en el pecho o con heridas en las extremidades que requerían amputaciones, así como numerosos quemados graves.
“La verdad es que los hospitales no pueden recibir tantos heridos, especialmente con las dificultades y las malas condiciones que vivimos en el sistema sanitario de Gaza”, recordó el portavoz del Mártires de Al Aqsa, en referencia al bloqueo israelí al acceso de ayuda al enclave desde el 2 de marzo, que ha reducido a niveles mínimos las reservas de medicinas y alimento en la Franja,
Las imágenes captadas instantes después del ataque muestran a personas cargando con los cadáveres de niños, así como a otros agrupándolos dentro de un edificio y cubriendo a al menos cuatro de ellos con mantas.
Israel, por su parte, defiende que “terroristas” (sin especificar si se trataban de combatientes de las milicias u operativos de las organizaciones islamistas del enclave) utilizaban la escuela para almacenar armas con las que perpetrar ataques contra las tropas y los civiles israelíes.
“Antes del ataque se tomaron numerosas medidas para mitigar el riesgo de herir a civiles no involucrados, incluyendo el uso de municiones de precisión, enviando advertencias previas a la población, vigilancia aérea e inteligencia adicional”, aseguraron las fuerzas armadas, que siempre alegan haber recurrido a estas medidas cuando sus ataques afectan a lugares protegidos por el derecho internacional humanitario, como escuelas u hospitales.
El grupo islamista Hamás, por su parte, aseguró con un comunicado difundido en su canal de Telegram que la masacre de la escuela se trata de un “crimen de guerra atroz“.
“El Ejército enemigo cometió una atroz masacre al bombardear una escuela que albergaba a personas desplazadas en el campamento de Bureij”, denunciaron los islamistas.
Las escuelas de Gaza se han convertido en su gran mayoría en refugios para los desplazados por la operación israelí, que en total ascienden a en torno al 90 por ciento de la población (de unos 2,1 millones de personas), dijo a EFE un portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Después de que Israel rompiera el alto al fuego el pasado 18 de marzo, al menos 423 mil personas han vuelto a verse desplazadas por las órdenes de evacuación y ataques del Ejército.
Desde que Israel lanzó su operación sobre la Franja de Gaza, en represalia por el ataque de Hamás contra su territorio, el 7 de octubre de 2023, más de 52 mil 600 palestinos han muerto en el enclave por los incesantes ataques de las fuerzas armadas israelíes.
Ese 7 de octubre, los milicianos gazatíes cruzaron a territorio israelí y mataron a casi mil 200 personas, secuestrando además a otras 251, de las cuales 59 siguen cautivas en la Franja.
Con información de EFE