Gran parte de la afición italiana desplazada a Debrecen (Hungría), sede en la que se disputó el encuentro ante Israel clasificatorio al Mundial 2026, dio la espalda al campo cuando sonó el himno israelí justo antes del comienzo del partido.

Disputado en la ciudad húngara por motivos de seguridad, sede neutral escogida por la UEFA, el partido volvió a dejar una imagen más bien propia de la pandemia, tal y como sucedió en septiembre de 2024, cuando ambas selecciones se enfrentaron en Budapest en Liga de Naciones y cuando ya la afición italiana dio la espalda al himno.

El Estadio Nagyerdei, con capacidad para unas 20 mil personas, no estuvo ni remotamente lleno, con un aforo cercano a las 2 mil localidades.

Mientras sonó el Hatikva, el himno nacional de Israel, la mayoría del sector italiano se dio la vuelta como condena al conflicto bélico abierto con Palestina.

Este lunes, además, tuvo lugar un atentado en Jerusalén perpetrado por 2 palestinos, según informó el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, que se saldó con 6 muertos, uno español, y 12 heridos, motivo por el que los jugadores israelíes portaron un brazalete negro en señal de luto.

Ambas selecciones, italiana e israelí, pelean por la segunda plaza del grupo para poder acudir, al menos, a la repesca del Mundial 2026, con la esperanza de dar caza a Noruega, líder en solitario.

Hace menos de un mes, la UEFA desplegó en la Final de la Supercopa de Europa una pancarta gigante con un mensaje dirigido a Israel por su conflicto abierto con Palestina: “Dejen de matar niños, dejen de matar civiles”.

El organismo europeo no especificó directamente que el mensaje iba dirigido a Israel, pero contó con 2 niños refugiados gazatíes, Tala y Mohamed, para la ceremonia de premiación.

Israel es también el centro de la polémica en La Vuelta a España, donde el equipo Israel-Premier Tech fue recibida en distintas etapas de La Vuelta con manifestaciones con banderas palestinas y pancartas con mensajes como “Israel genocida” o “Stop genocidio”.

Autor
EFE