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Por: Ricardo Monreal Avila
ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

En el ocaso de 2019, y transcurrido el primer año de ejercicio de la actual administración federal, la percepción de un cambio sustancial ha permeado de manera generalizada entre la ciudadanía, y los resultados de las decisiones gubernamentales han sido positivos, como se puede observar objetivamente al día de hoy.

Es pertinente recordar los hechos que han dado buena cuenta de la presente administración, como la lucha contra la corrupción: no hay precedentes recientes respecto del manejo honesto y transparente que se le ha dado al presupuesto público.

Hoy por hoy, los recursos asignados a diversos programas sociales para los sectores sociales más necesitados son indiscutiblemente más transparentes: la eliminación de intermediarios ha hecho posible que lleguen de manera íntegra a la población, con lo cual se han comenzado a erradicar prácticas como el clientelismo, y los “moches”.

Por otra parte, no se debe olvidar que a inicios de año se emprendió una cruzada, desde la Presidencia de la República, para combatir el robo de combustible y establecer sanciones a las gasolineras que fueran abusivas con los consumidores.

A pesar de las voces que pretendieron magnificar lo relacionado con el desabasto de combustibles, el suministro se restableció de manera paulatina, y para septiembre de este 2019 el robo del combustible se había reducido en un 94 por ciento.

Asimismo, un hecho que debe ser motivo de congratulación para todo el país es que Pemex, en el mismo mes de septiembre, llevó a cabo una recompra de su deuda por 5 mil millones de dólares, lo cual le permitirá tener liquidez financiera durante el año próximo.

El saneamiento financiero de la empresa permitió que la producción de derivados del petróleo en los que se incluyen gasolinas, gas licuado, queroseno, diésel y combustóleo, haya aumentado un 35 por ciento, lo que para el país ha significado durante este año una disminución considerable en la importación de combustibles.

Dado el manejo responsable de las finanzas públicas, el 2019 será recordado como el año de la certidumbre económica. El gobierno no sólo ha logrado mantener y defender el tipo de cambio, la paridad del peso respecto al dólar —la cual, al final de sexenio anterior se retrajo considerablemente—, sino que además se alcanzó una negociación del T-MEC satisfactoria para nuestro país.

A pesar de la incertidumbre y la presión ejercidas por el gobierno estadounidense, las autoridades de nuestro país realizaron un papel formidable; además del consenso alcanzado, el acuerdo comercial fue ratificado de manera expedita hace unas semanas, tanto en México como en la Unión Americana, a partir de lo cual hay certidumbre financiera para el futuro inmediato y ante ello el peso pudo ganarle terreno al dólar, que en estos últimos días se ha cotizado, en promedio, en 18.90 pesos.

Aunado a ello, el gobierno mexicano ha acertado al enfrentar el embate de Washington por lo que ve al tema de la seguridad. Durante este año, el gobierno estadounidense amagó con declarar “narcoterrorista” al crimen organizado que opera en nuestro territorio, con lo cual, de manera arbitraria, se abriría una puerta para la intromisión directa de la Unión Americana en asuntos de seguridad que sólo le competen a México.
Las y los representantes de la 4T hemos sabido sortear esas amenazas a través del uso de la diplomacia y del mantenimiento de una postura firme basada en la cooperación entre ambos países; lo mismo ocurrió ante el tema de la imposición arbitraria de aranceles por parte de Estados Unidos, a mediados de año.

Sin embargo, a pesar de los buenos resultados, subsisten algunos lastres que amenazan a la nación, comenzando por la inseguridad, que aún ronda todos los rincones del país, pero aún hay esperanza. La violencia se estabiliza, con 31 homicidios por cada 100,000 habitantes —no obstante, índice aún muy alto—, y la paulatina consolidación y las estrategias de seguridad aplicadas auguran un punto de inflexión a la baja y el comienzo de la pacificación, sin innecesarios derramamientos de sangre.

Asimismo, la inflación en el cierre de 2019 se perfila como la segunda más baja del siglo; especialistas esperan que al finalizar la segunda quincena del mes de diciembre de ubique en un 2.9 por ciento, lo que significaría el fortalecimiento del poder adquisitivo de las familias mexicanas. Además, la ratificación del nuevo tratado comercial con Estados Unidos de América y Canadá permitirá la llegada de capital extranjero y el aumento de las inversiones en nuestro país.

Si bien no ha sido significativo el crecimiento económico, tampoco hay recesión, y con la llegada de este nuevo acuerdo comercial se comienza a recuperar la tendencia positiva, de modo que, con la aplicación de una política económica responsable en el manejo de las finanzas y el gasto público, se vislumbra un escenario más que alentador para llegar al prospectado 4 por ciento de crecimiento en el futuro.

Así decimos adiós al 2019, año de grandes lecciones para las mexicanas y los mexicanos, que nos deja, igualmente, la esperanza de que las cosas pueden mejorar aún más durante el 2020.