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La extorsión y el acoso criminal es cada vez más fuerte en contra de los albergues de migrantes, denuncian activistas y directivos de la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (Cafemin).

En este albergue, que opera desde hace 12 años en la Ciudad de México, han sido testigos de cómo la delincuencia busca infiltrarse en su operación e instalaciones para cometer diversos delitos, muchas veces con la complicidad de las autoridades.

Magdalena Silva, directora de Cafemin, explica que los delincuentes usan a los migrantes para conocer las condiciones del albergue, a los trabajadores, el número de personas albergadas y sus nombres.

“¿Todo esto quién controla, quién lo organiza? Quien lo maneja es el crimen organizado, vemos de repente aquí con nosotros cómo se pasea la Guardia Nacional con armas largas. La Guardia Nacional, gente de civil, gente del Instituto Nacional de Migración y es un poco el tema de meterles miedo a la gente”.

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