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Por: Jorge Herrera Valenzuela

Ráfaga

En este miércoles 24 se cumplen 199 años de que, luego de una misa solemne en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, un grupo de mexicanos se reunió en el Templo y Máximo Colegio de San Pedro y San Pablo.

El motivo,  constituir la Primera Asamblea Legislativa, un sólido antecedente de lo que desde entonces es  la Cámara de Diputados. Redactar una nueva Constitución Política de México y elaborar un proyecto de presupuesto para el gobierno, fueron los puntos fundamentales.

De acuerdo con los historiadores eran los tiempos del efímero Primer Imperio Mexicano, el de Agustín de Iturbide, quien disolvió la Asamblea el 31 de octubre de 1822.

Los trabajos se reanudaron en el siguiente año y el 8 de octubre de 1824, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo, juraron guardar y hacer guardar la Constitución.

Dos días después, el duranguense asume el cargo de Presidente Interino de la República Mexicana y Bravo, la vicepresidencia. El período constitucional, de cuatro años, comenzó el 1 de abril de 1825.

La visión de los liberales de esa época, surgidos en todo nuestro amplio territorio geográfico, fue determinante para que el México Independiente se transformara, jurídica y legalmente, en una República federal, popular y representativa, bajo la denominación de Estados Unidos Mexicanos. Se conformó con 19 Estados, 4 Territorios y el Distrito Federal.

Comentar sobre este tema resulta no solo atractivo, sino importante, porque lamentablemente desconocemos mucho acerca de la formación de esta Nación, de los hombres que la forjaron y de las circunstancias que se dieron. Baste escribir que en la primera sucesión presidencial, el primer embajador de Estados Unidos de América tuvo una significativa intervención al apoyar, enfrentando a los masones yorkinos y escoceses, a uno de los candidatos, el general Manuel Gómez Pedraza.

Volvamos a la realización de la Primera Asamblea Legislativa, cuyos debates parlamentarios entre los representantes de las diferentes corrientes políticas ideológicas, dio como resultado la Carta Magna que reemplazó a la Constitución de Apatzingán, de 1814, también conocida como Acta Constitutiva de la Federación Mexicana.

Los Constituyentes abordaron temas relacionados con la Constitución de Cádiz de 1812, vigente durante el virreinato de la Nueva España. También hablaron del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, obra de José María Morelos y Pavón, en 1814.

INTEGRACION DE LA ASAMBLEA

A la convocatoria de la Primera Asamblea Legislativa acudieron 7 representantes de Chiapas, 2 de Coahuila y Texas, 18 de la Nueva Vizcaya (Durango), 14 de Guadalajara (Nueva Galicia), 7 de Guanajuato y 27 de México, aun cuando la lista de nombres que figuran en los archivos rebasa la cifra de cien personajes.

La integración de lo que también conocemos como Congreso Constituyente de 1823-1824, tiene características muy especiales y precisas, tales como que participaron el clero, que en esa época tenía mucha influencia social, el Ejército, políticos, juristas y trabajadores mineros. Los clasificaron como republicanos, inclinados por la creación de un gobierno federal y representativo, así como los iturbidistas que obviamente apoyaban al efímero  Imperio y los borbonistas que soñaban con el retorno del gobierno español.

Entre los republicanos estaba Servando Teresa Mier Noriega y Guerra, quien se distinguió por sus cuestionamientos a quienes se oponían al establecimiento de un México consolidado en su Independencia. Con él estuvieron el minero José María Fagoaga, Juan Horbogozo y Francisco Manuel Sánchez de Tagle, entre otros.

La milicia estuvo presente con cuatro elementos: el General de Brigada Juan Oregozo, el Coronel José Ignacio de Urquidi, el Teniente Coronel José María Bustamante y José Antonio Andrade.

Además hubo tres con títulos de nobleza: Juan Francisco de Castañiza y Gutiérrez, Marqués de Castañiza, del grupo enviado por el clero. Otro, el Marqués de San Juan de las Rayas, José Mariano de Sardaneta y Llorente. El tercero se llamó Manuel López Constante, Marqués de Miraflores. En el grupo de eclesiásticos figuraron Toribio González, de Guadalajara; Francisco Uraga, de Guanajuato y Joaquín Rivera, de México.

En fin, en esa Primera Asamblea Legislativa se oyeron las voces de políticos, abogados, periodistas y teólogos. Llama la atención una clasificación más: la de los letrados.

En la redacción de los 171 artículos, divididos en 7 capítulos participaron de manera especial Andrés Quintana Roo, Carlos María Bustamante y José Manuel Herrera. ¿Saben quién fue el último de los mencionados?, pues nada más ni nada menos que el General de Brigada, veracruzano José Antonio Florencio de Herrera y Ricardos, a quien la historia registró como el Presidente de México, José Joaquín de Herrera.

No hay confusión, los tres nombres corresponden al xalapeño que fue tres veces presidente, en los días del también veracruzano Antonio López de Santa Anna.

Un coahuilense que también llegó a Presidente de México y fue gobernador en varios Estados, estuvo en el Congreso Constituyente de 1824 y se llamó Melchor Múzquiz. El nombre completo de este General: José Ventura Melchor Ciriaco de Eca y Múzquiz de Arrieta.

jherrerav@live.com.mx