Por: Jorge Herrera Valenzuela
Ráfaga
Muy preocupante el que la administración pública federal siga desmoronándose. Todo se escurre entre los dedos de ambas manos.
Aunque no me agrada el calificativo de “florero” para los miembros del gabinete presidencial, lo siento insultante, pero sus acciones, sus decisiones y sus propuestas se anulan con la sola palabra del hombre que “tiene otros datos”.
Son muchas las ocasiones “mañaneras” en que desmiente el tabasqueño a sus colaboradores o los contradice e inclusive los exhibe.
México requiere en estos pandémicos momentos, de personas con experiencia en cada uno de los ramos ejecutivos de la administración.
Mantener un gobierno centralista, unipersonal y no reconocer la falta de coordinación y programación para solucionar los problemas nacionales, es complicar el futuro de las nuevas generaciones y las de quienes tenemos la fortuna, a Dios Gracias, de seguir en este hermoso País.
Desde el comienzo de este sexenio, hace ya dos años, se prometió liquidar la corrupción y terminar con la impunidad, así como disminuir la violencia que está aparejada con la inseguridad en todo el territorio mexicano.
En lo primero, el más claro y negativo ejemplo es el supuesto proceso al exdirector general de Petróleos Mexicanos. Lo detuvieron en España, extraditado a México, llevado a un hospital privado, “declarando” contra todos los que fueron sus compañeros de gabinete y contra su principal jefe, quedando en calidad de “testigo protegido”, gozando de su libertad. Nadie lo ha visto físicamente, excepto su familia.
Respecto a la seguridad nacional y a la violencia, los índices indican que ambos casos dan cuentan de incremento de homicidios, de asaltos, feminicidios, secuestros. Se integró una Guardia Nacional, cuya función policíaca simplemente no da los frutos que se esperaba. Es imposible que los militares y marinos, incluidos en la Guardia Nacional, realicen eficazmente una labor para la que no están preparados.
Comenzó al frente de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana un político que militó en el PRI, fue secretario particular del presidente Vicente Fox y hoy está buscando ser gobernador de Sonora, abanderado por Morena. Nula su actuación. Hoy una mujer está en el cargo, también sin la más mínima experiencia en un trabajo tan delicado y expuesto para una dama.
Convencido de que todo fue corrupción en los últimos cinco gobiernos, el tabasqueño que despacha y vive en Palacio Nacional, tiene dividido al pueblo y fomenta la división en todos los sectores de la sociedad. La encomienda principal del Presidente de México es la de conciliar voluntades, pensamientos y acciones de los gobernados, no la de enfrentarlos.
En sus conferencias “mañaneras” hace acusaciones verbales, sin pruebas, a exfuncionarios. Se dice atacado por “los conservadores”, por los que se resisten a perder las prebendas que tenían. Nadie se escapa en el programa mañanero de radio y televisión que se realiza en el antiguo Salón de la Tesorería de la Federación, en Palacio Nacional. Los empresarios, industriales y comerciantes no están exentos de culpabilidad, porque gozaban de privilegios de parte del gobierno.
Los apoyos económicos a las estancias infantiles, desaparecieron. Apoyado por el Congreso de la Unión, se eliminaron más de cien fidecomisos que financiaban a investigadores, a científicos, a artistas, porque había corrupción.
Desarticuló el CONACYT y lo puso bajo su control. Un aplauso por estar combatiendo a los corruptos, ¿pero éstos quiénes son?…¿dónde están?…sus nombres. Jamás hemos sabido de las denuncias.
De hecho la división de Poderes, no está vigente. El Presidente de México presionó a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que aprobaran “la consulta popular” para determinar si procede o no enjuiciar a los últimos cinco expresidentes de la República.
Advirtió que si el máximo representante del Poder Judicial Federal no daba el visto bueno, él enviaría una Iniciativa de reforma constitucional para que se procediera a cumplir su petición. El presidente de esa institución rompió el protocolo, al iniciar el Pleno revelando que debía aprobarse la solicitud presidencial. Y así fue.
La controversia que se suscita cada vez que se dan a conocer los resultados de las encuestas, en torno a la aceptación o rechazo de la ciudadanía a la actuación del Presidente de México, no va a terminar por ahora.
La gente apoya, respalda y está con el tabasqueño, pero no responde igual respecto a las acciones gubernamentales. El hombre es carismático, con un estilo muy personal para convencer a las masas. Es líder de masas, no estadista. Es impulsor de acciones que se contraponen con su forma de gobernar.
Su negativa a salir del país para ejercer las relaciones internacionales, como le señala la Constitución, dejando la responsabilidad al secretario de Relaciones Exteriores, deja mucho que desear. Injustificable que, como Presidente de México, niegue la felicitación al futuro presidente de Estados Unidos.
De acuerdo que la crisis económica no es privativa de México, pero deben acordase medidas que subsanen el problema. La pandemia no nos cayó como anillo al dedo, sino como un mal que ha propiciado desajustes en las familias, desempleo y depresión por el confinamiento de nueve meses. Cines, teatros, estadios, iglesias, cerrados por temporadas y con medidas especiales para permitir su funcionamiento. Cierre de miles de establecimientos comerciales de menor escala, así como los restaurantes, las fondas, los antros y los centros comerciales.
La irresponsabilidad de la gente y el que no haya sanciones para quienes, en la calle, no cumplan con las medidas sanitarias, son factores determinantes para que ya la cifra de muertos sobrepase los 110,000.
Usar el cubrebocas, lentes o caretas, guardar la sana distancia y lavarse las manos con agua y jabón, es y será por mucho tiempo lo que tengamos que hacer. Nadie cuidará nuestra vida. Somos nosotros, cada uno, el responsable de ello.
Si el Presidente de la República no lo usa, él sabrá por qué, pero la recomendación es de carácter mundial.
Deseo que los próximos cuatro años estemos convocados, todos los mexicanos, a trabajar por el País, empezando por una verdadera reconciliación. Hay un señor que firma como “Tío Toño” que todas las mañanas envía una síntesis de las efemérides, anticipando su lema: “México nos necesita UNIDOS a TO2”.
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