Investigaciones de la American Cancer Society, ACS revela que se están incrementando los enfermos de cáncer entre los jóvenes, los nacidos entre 1965, 1980, 81 y 90.
El informe que es alarmante para tomarlo en cuenta y atender las medidas pertinentes fue publicado en la Revista The Lancet Public Health..
La preocupación es que las generaciones más jóvenes son diagnosticadas con más frecuencia que los 34 tipos de cáncer más conocidos.
La investigación muestra los tipos de cáncer.
Por ejemplo, los que nacieron en 1990 tienen más riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, riñón, intestino delgado, en comparación con los nacidos hace 50, 60 años. También encontraron incremento en cáncer colorectal.
El reporte alerta sobre los riesgos de la obesidad y sus consecuencias.
La investigadora Hyuna Sung, senior principal de vigilancia y ciencia de la equidad en salud de la ACS en el estudio muestra los datos de 23.6 millones de pacientes diagnosticados con cáncer entre los años 2000 y 2019 y también muestra los datos de 7.3 millones de pacientes que fallecieron a causa de la enfermedad.
El incremento de cáncer entre los jóvenes indica las medidas que hay que tomar. Pero cuidado, no me canso de decirles y de publicar que las enfermedades de la familia son para tomar conciencia, no para esperar la enfermedad y tomarla como profecía auto cumplidora como han hecho con las campañas “si alguien de tu familia tiene cáncer tu lo vas a heredar, no hay nada que hacer, solo esperar a que detone la enfermedad”. Cuando los médicos toman los datos de la historia clínica siempre preguntan ¿en su familia alguien tuvo cáncer, diabetes? Por ejemplo, a mi edad se sorprenden al preguntarme: ¿Fuma, tiene osteoporosis, diabetes, cáncer en su familia? La respuesta es no. Mi padre falleció por malos tratamientos y falta de cuidados, presión arterial, no dejó de fumar, no practicaba ejercicio, su vida fue de trabajo, preocuparse por dejar bienes a sus hermanos y a sus hijos, además las malas prácticas de la medicina institucional, yo estaba muy joven estudiando mi primera carrera de manera que tomé conciencia de la responsabilidad que tenemos con la salud, el cuidado personal, mi enfoque es Holista con la máxima de Hipócrates “que tu medicina sea tu alimento y tu alimento tu medicina” y como complemento a la Psicología estudié Homeopatía.
Para la medicina institucional todo es heredado y todo es por contagio. Lo que hace falta es educar para prevenir las enfermedades. Dice el refrán “El pez por su boca muere” la alimentación es esencial, el aire que respiramos y lo que no toman en cuenta son las emociones, somos seres biopsicosociales, emocionales y espirituales, no solo órganos y sistemas, somos sensibles al medio ambiente y a lo que sentimos.
La tecnología es arma de dos filos, nos ayuda en la educación, en el trabajo, bueno ahora es indispensable no podemos estar sin Internet, pero el abuso de los jóvenes es lo que les está haciendo daño, se volvieron adictos.
Las campañas deberían dirigirse a la prevención y no a los diagnósticos cuando ya tienen las primeras señales.
Pasar demasiado tiempo frente a una pantalla y a los celulares perturba el desarrollo del cerebro de la vista, aumenta el riesgo de trastornos cognitivos, emocionales, del comportamiento en adolescentes y adultos jóvenes.
Afecta negativamente la atención la concentración, el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional y el funcionamiento social, la salud física y el desarrollo de trastornos mentales y al uso de sustancias.
En las generaciones de los X y los Millennials, los jóvenes de la abundancia tienen todo al alcance de su mano, me refiero a los que tienen padres buenos proveedores.
Las generaciones anteriores venimos de la cultura del esfuerzo, hoy están atrapados en el Hedonismo, la permisividad, la búsqueda de placer inmediato: embriagarse, relaciones sin compromiso, sustancias adictivas, ludopatía, videojuegos, con la consecuencia de la falta de placer, esa de despertar en la mañana con alegría, el placer de tener una familia, de disfrutar y agradecer por los alimentos, de emocionarnos con una canción, sentir empatía por los que sufren, por la felicidad de otros.
Eso es lo que han perdido las generaciones presentes por eso se han incrementado las adicciones, la depresión, el cáncer y los trastornos psicoemocionales.
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