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Ricardo Monreal Ávila habría sostenido reuniones con Dante Delgado y hasta con René Juárez Cisneros, en un despacho blindado de la colonia San Rafael, concretamente de la calle de Sadi Carnot, en la víspera de la definición de la candidatura morenista a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en Agosto de 2017.
Con un denominador común los asistentes a la reunión: todos excorreligionarios del PRI y de orientación filosófica liberal.

Ricardo Monreal «jugó su carta» al interior de la militancia morenista y se percató que no es «mano» al interior de la 4 T, desde aquel proceso interno morenista para definir la candidatura por el Gobierno de la CDMX. Lo hizo conviviendo con todas las corrientes que conviven al interior de esa agrupación. Tuvo incluso serias diferencias con el órgano de dirección del partido siendo el último Delegado Político en Cuauhtémoc, pues este le exigía que tuviera preferencias y concesiones de todo tipo con vendedores ambulantes y comerciantes identificados con el ahora partido en el poder y no siempre pudo complacer Monreal las «recomendaciones» de Andrés Manuel y algunos otros miembros de la dirigencia morenista, como el propio Martí Batres; lo anterior por razón misma de la complejidad de la ahora Alcaldía de Cuauhtémoc, con 500 mil habitantes, pero también con 5 millones de individuos en población flotante diariamente. Con los más altos índices de violencia e inseguridad después de Iztapalapa, a nivel Ciudad de México.

Habría confeccionado entonces el expriísta su Plan «B» una vez conocido el desenlace de la definición de la candidatura de Claudia Sheinbaum al gobierno de la capital de la República, el 24 de agosto de 2017, luego de haberse reunido en un hotel de la colonia Roma, para informales a los cuatro principales aspirantes a esa nominación, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Martí Batres y Ricardo Monreal Ávila, del resultado.
En esa reunión se discutió acaloradamente el resultado de una publicitada encuesta mediante la cual Morena definió la candidata y fue ahí precisamente donde empezaron las primeras diferencias, que hasta hoy salen a la superficie de la información.
MX Político recogió información de fuentes cercanas que presenciaron el encontronazo que se verificó en esa acalorada discusión que sostuvieron particularmente Martí Batres y Ricardo Monreal.
En esta hubo reproches y fuertes descalificaciones de uno para otro, pues Monreal no estuvo de acuerdo con el orden en que se presentaría el resultado de la encuesta. Y que al final este quedó de la siguiente manera:
«El más conocido Martí Batres; la de mayor preferencia, Claudia Sheinbaum…y Ricardo Monreal en tercero».

Y así salió a informar a la opinión pública en conferencia esa noche Martí Batres, lo que habría ocasionado un fuerte resentimiento al ex Gobernador de Zacatecas y dos veces legislador federal.
El berrinche de Mario Delgado fue ampliamente difundido, a quien ya habrían dejado fuera de la contienda (de la encuesta) aquella ocasión y que por un acto de cortesía política y por la supuesta intervención de «ya sabe quién», que fue el mismo que lo había dejado fuera unos días antes, lo incluyeron en el «cuarteto».
Aun así los premios de consolación o de pago a la «institucionalidad», fueron notablemente generosos: La dirigencia de la fracción morenista en el Senado y en la Cámara de Diputados respectivamente a Monreal y a Delgado.

Ambos más vinculados que Batres y Sheinbaum al sector de políticos profesionales, con más vínculos con el «viejo régimen», para decirlo en el lenguaje de la 4 T .
Pero días antes de esta definición, del cumplimiento de parte de López Obrador a Monreal y a Delgado con sendos liderazgos, se habría tomado una definición de parte del político zacatecano específicamente.
Volver al track político en el que nació; el liberalismo político, donde quiera que se encuentre este dentro del espectro político mexicano actual y lo que este concepto signifique.
¿Acaso en el viejo y descontinuado PRI?; ¿Acaso en Movimiento Ciudadano?; ¿Acaso en el PT de Beto Anaya y su prima Magda Sánchez Monreal?

Ricardo Monreal sabe que no pasará mucho tiempo en que le vuelva a explotar una nueva crisis al interior del equipo de la 4 T.
Hay otros dos «caballos» pura sangre también de origen priísta que están a la expectativa también de «limpiar el camino» para encabezar la nominación morenista en el 2024: Marcelo Ebrard y Esteban Moctezuma;….y ninguno de ellos tampoco cuenta con el respaldo de AMLO para eso. Ni del resto del equipo de la 4 T. Siguen siendo vistos como priístas.
Tampoco Ricardo Monreal es bien visto por ese sector radical de la izquierda que ha copado y cobijado a López Obrador.

El propio Presidente le tiene «respeto»; lo ha medido; sabe de sus alcances y sus relaciones. Por eso lo dejará correr un tiempo más por la pista política; pero no por mucho tiempo.
Ayer por la tarde, en entrevista banquetera al llegar al recinto de San Lázaro para participar en el evento donde Olga Sánchez Cordero entregó en físico el Primer Informe Gobierno de AMLO, volvió a contradecir a lo enunciado por el titular del Ejecutivo en su mensaje con motivo del Informe diciendo: «La oposición no está derrotada del todo; tenemos qué hacer bien las cosas para que no volvamos a ser como el viejo régimen».

AMLO habría dicho que la «oposición estaba derrotada, desquiciada, perturbada», entre otros calificativos.
Pero días antes habría lanzado también sentencias de desaprobación a los políticos oportunistas y trepadores, de los que dijo que no tenían cabida en la nueva realidad del país y de la 4 T.
Esto a raíz del pleito revivido por martí Batres y Ricardo Monreal por la Presidencia de la Mesa Directiva en el Senado.
Sin duda, trae su juego López Obrador;…pero también Monreal

Se anticipa ruptura al interior de Morena; …antes de 2021.

FUENTE ; NOTIMEX , CANDELERO 02-09-19