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Con 37.7 millones de personas buscando llegar a los Estados Unidos y a Europa, la región de América Latina y el Caribe es la segunda área del planeta con mayor migración en este momento, pues en 2020 representó el 16 por ciento de la población migrante del mundo.

De ahí la trascendencia e importancia de la realización el pasado fin de semana, en Chiapas, del Encuentro de Palenque “Por una Vecindad Fraterna y con Bienestar”, cumbre migratoria en la que también se suscribió la Declaración de Palenque.

La reunión contó con la presencia de la y los mandatarios de Honduras, Colombia, Cuba, Haití y Venezuela. Asimismo, asistieron los vicepresidentes de Costa Rica y el Salvador; la canciller de Panamá; el vice primer ministro de Belice y representantes del presidente electo de Guatemala, además del anfitrión, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Estas naciones concentran más de la mitad del flujo migratorio irregular del continente americano, así como el 84 por ciento de la migración que cruza por nuestro país, en condiciones de alta vulnerabilidad y teniendo como destino principal los Estados Unidos; de allí la importancia de que México haya sido el convocante, organizador y anfitrión de esta cumbre.

Uno de los resultados alcanzados fue la mencionada Declaración de Palenque, en la cual, en primer lugar, se destaca el carácter eminentemente económico de la migración en la región y se refieren también “las medidas coercitivas unilaterales de naturaleza indiscriminada”, que impulsan migraciones irregulares, como son los bloqueos económicos que padecen Cuba y Venezuela.

La Declaración de Palenque se conforma por 13 propuestas consensuadas por los Gobiernos de los países asistentes. En ella se plasma una visión integral, integradora y de cooperación regional para atender el problema multifactorial de la migración irregular, muy en sintonía con el Pacto Mundial para la Migración, impulsado por la ONU y negociado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018.

Por su parte, uno de los compromisos más importantes de la Declaración de Palenque se refiere a “Elaborar un plan de acción para el desarrollo basado en los objetivos prioritarios y entendiendo las realidades de cada país, para atender las causas estructurales de la migración irregular en la región.”

La Declaración reconoce la migración como un fenómeno complejo y multicausal, y privilegia el compromiso de abordar las causas estructurales de la migración, como son la pobreza, la desigualdad, la violencia y el cambio climático.

Otro punto destacado es la integración del Fondo Regional para la Migración, el cual será financiado con contribuciones de las naciones participantes, y se utilizará para fondear proyectos de desarrollo sostenible y asistencia humanitaria en los países de origen y tránsito.

Asimismo, es de relevancia el mecanismo de cooperación regional para la gestión migratoria, en aras de facilitar el intercambio de información y la coordinación de acciones entre los países de la región, con el objetivo de mejorar la gestión de los flujos migratorios.

En este sentido, se acordaron las siguientes áreas prioritarias:

Autosuficiencia y soberanía alimentaria, con la recuperación del sector agrícola.

Protección, conservación y restauración del medio ambiente.

Empleo digno, educación y desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas.

Seguridad energética, incluyendo energías renovables de avance hacia la descarbonización.

Autosuficiencia sanitaria y comercio e inversión intrarregional para el desarrollo socioeconómico.

Combate al crimen organizado transnacional, al tráfico de personas y a la corrupción, fomentando la cooperación en seguridad.

Cabe mencionar que uno de los antecedentes inmediatos de este acuerdo se puede encontrar en la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección (adoptado el 10 de junio de 2022, en el marco de la IX Cumbre de las Américas), que consta de 29 puntos en los que los países se comprometieron a trabajar juntos para abordar los retos y oportunidades de la migración en las Américas.

Entre los aspectos destacados del instrumento están los siguientes: la reafirmación del principio de no devolución y la prohibición de la detención arbitraria de migrantes, así como la promoción de la cooperación internacional para abordar las causas estructurales de la migración.

En este sentido, podemos afirmar que la Declaración de Palenque es una especie de Alianza para el Progreso entre México, Centro y Sudamérica. Agreguemos, asimismo, que en la cumbre de Palenque se propuso un acuerdo de libre comercio intrarregional; políticas migratorias que garanticen el derecho humano a migrar; replantear “la arquitectura financiera internacional de la deuda soberana” de los países de la región; el “diálogo integral” sobre las relaciones multilaterales de las naciones de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes; mayor ayuda regional para Haití y reiniciar el diálogo Estados Unidos-Cuba para la normalización de las relaciones entre ambos países.

Es por eso que, en todos los sentidos, el Encuentro de Palenque “Por una Vecindad Fraterna y con Bienestar” fue necesario para comenzar a enfrentar el gran desafío que representa la migración en América Latina y el Caribe, bajo un enfoque humanista y no coercitivo, sino privilegiando los derechos de las personas y el bienestar de los pueblos. 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA