En Política, el valor de la congruencia define la calidad humana; las reacciones emocionales tienen un costo que puede cambiar la vida, después de un largo camino, el estigma de traidor no se borra.
La crisis múltiple confunde y es la impotencia por la pequeñez humana la que domina y exhibe nuestra propia naturaleza.
Arrastrar a los amigos agradecidos es exhibir, injustamente, la pequeñez de un grupo de agradecidos que, como socios y colaboradores, le son leales al hombre y no a la institución y sus principios.
Cegados por el resentimiento y la ambición frustrada, se vuelven carroñeros que piensan, influidos por las estrategias perversas de Morena y su jefe, que el PRI está agonizando; cuando nuestra dirección nacional, encabezada por Alejandro Moreno, ha sabido administrar la crisis que heredamos de sus detractores, ahora cómplices de la estrategia divisionista, manipulada desde el gesticulador del profanado Palacio Nacional a cambio de las migajas de la impunidad.
La profilaxis del PRI aún no termina, la limpieza es equivalente a darle salida al agua sucia y descubrir el criadero de alimañas, que solas buscan el alimento de su propia descomposición.
Los enterradores del PRI han sido las criaturas que hoy encontraron oxígeno en otros Partidos.
El PRI es un Partido Histórico, como un árbol fecundo, cuya raíz ha tenido la fortaleza y profundidad para que sus ramas y hojas soporten tormentas y vendavales.
Los mercenarios desertores, se dividirán y cada quien encontrará su camino hacia la ignominia.
Mientras la alianza de partidos con la sociedad civil construirá EL MEXICO NUEVO.
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