-¿Cambiarán nombre a la calle Isabel la Católica?
-¿Dejarán de llamar al centenario Parque España?
-La Malinche, vivió en Coyoacán. Recordada en Tlaxcala.
-Opinión del galardonado escritor Carlos Fuentes.
Ráfaga
(En México el Espionaje, es Servicio de Inteligencia. ¿De Acuerdo?)
Lo que comenzó con una petición escrita del Presidente de México a Felipe Vl, Rey de España, marcó el inicio de un plan de acciones tendientes a borrar el pasado histórico derivado de lo que conocemos como La Conquista de México, consumada hace 500 años, por españoles que comandó Hernán Cortés.
El 1 de marzo de 2019 el gobierno mexicano solicitó, pidió, demandó o como Usted guste, que “El Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados a los pueblos originarios”. La respuesta española fue en términos contundentes, en forma negativa. Felipe VI rechazó la reclamación de hechos ocurridos y pretender actualizarlos contemporáneamente.
No hubo problemas diplomáticos. En España consideraron indebido que en la Ciudad de México se haya publicitado la misiva, cuando debió guardarse el protocolo y enviarla, al Rey, a través de la misión diplomática acreditada.
Las relaciones entre nuestro gobierno y la monarquía española no están en las mejores condiciones. México está representado en Madrid, por Quirino Ordaz Coppel y Juan Duarte Cuadrado, es el embajador en México.
APROBADO CAMBIO DE NOMBRE
Solo un senador se abstuvo de aprobar, en la Comisión de Gobernación, la Iniciativa por la cual cambiaría de nombre la Plaza de la Constitución de la Monarquía de 1812, impuesto en mayo de 1813, por el virrey Félix María Calleja del Rey, para recordar la promulgación en 1812, de la Constitución de Cádiz.
Ahora para rendir un homenaje a los forjadores de la Independencia y a los Constituyentes que dieron origen a los Estados Unidos Mexicanos, los senadores aprobaron, el nombre de Plaza de la Constitución Mexicana de 1824.
Para la arquitecta tabasqueña Mónica Fernández Balboa, egresada de la Universidad de Guadalajara, proceder a quitarle el sello monárquico a la denominación oficial de nuestra hermoso Zócalo, es un evento conmemorativo al Bicentenario de la Constitución de 1824 y del nacimiento de los Estados Unidos Mexicanos, país conocido mundialmente como México.
LA MODERNIZACIÓN HISTÓRICA
Con mucha inteligencia, en forma sutil, sin consulta popular, a horas de la madrugada cuando es necesario, las autoridades de la Ciudad de México, han procedido a remover las cenizas de los sucesos que causaron los españoles.
Directa o indirectamente, con o sin el consenso del gobierno federal, nos anuncian lo que se hizo y la gente guarda absoluto silencio. ¿Cómo justificar el cambio de lo que aprendimos de la Historia Patria? ¿Esas modificaciones tendrán vigencia en Estados y Municipios?
Muy sencillo. Las justificaciones estarán, tras mano, de parte de la esposa del Presidente de la República. Ella influye en la política antiespañola, que comenzó con el envío directo de las cartas al Papa Francisco y al Rey Felipe VI, demandando el perdón por los agravios cometidos hace 500 años, a los habitantes de pueblos originarios.
¿Recuerdan el día en que determinaron, en el gobierno local, imponerle otro nombre al desaparecido Árbol de la Noche Triste? Un simbólico ahuehuete que duró plantado cientos de años. Lo cuidaron los vecinos. Alguna vez se incendió. Poco a poco fue muriendo, hasta quedar convertido en un tronco y basurero.
El 27 de julio de 2021 se le impuso el nombre de “Árbol de la Noche Victoriosa”. La jefa de Gobierno y hoy precandidata presidencial en campaña, afirmó que es una forma de “reivindicar a los grupos minoritarios”.
En las crónicas históricas dan cuenta de que en donde estaba el árbol, en la antiquísima Calzada México Tacuba, Hernán Cortés se detuvo a llorar, tras la derrota que le infligieron los mexicas cuando Cuitláhuac era el Rey Azteca. Junio de 1520.
Antes fue conocido el asunto como “derrota del imperio” y en la modernización histórica la funcionaria dijo “mejor hablemos de “resistencia indígena”. Explicó que era necesario rendir un homenaje, un recuerdo, a los hombres y mujeres acribillados en el interior del Templo Mayor.
Pocos días antes, el 14 de mayo, la ceremonia fue para borrar en la nomenclatura Puente de Alvarado y desde esa fecha es la calzada México Tenochtitlán (así con acento gráfico), Colonia Tabacalera, Alcaldía Cuauhtémoc.
La razón oficial es, que el Pedro de Alvarado “fue un tipo sanguinario, miserable, espantoso, que ordenó la matanza del Templo Mayor“, calificativos que pronunció la actual aspirante presidencial.
“Eso es motivo suficiente para quitar el nombre del español que en su huida, según los cronistas, saltó apoyado en una garrocha el cruce de un barranco” y de ahí lo de ponerle “puente”.
COLÓN Y EL ZÓCALO
La madrugada del 10 de octubre de 2020 una cuadrilla de trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México cumplió la orden: bajar la estatua de Cristóbal Colón y las esculturas de los cuatro frailes. En el curso de la mañana, de ese día, se informó: “vamos a restaurar la estatua que ha sufrido muchos daños”. De las otras obras escultóricas nada se comentó.
En la semana se supo la verdad. La obra escultórica del francés Enrique Carlos Cordier sería llevada a un parque de la colonia residencial Polanco. No volvería a donde fue colocada en 1877, en la primera glorieta de nuestra legendaria Avenida Paseo de la Reforma.
Don Antonio Escandón, banquero y filántropo mexicano que vivió y murió en París, cubrió todos los costos y estuvo en México el día en que fue colocada la estatua junto con las esculturas de los frailes Pedro de Gante, Juan Pérez de Marchena, Diego de Deza y Bartolomé de las Casas.
También en este sexenio, en el adiós a lo que huele a España, la estatua de Cristóbal Colón inaugurada en 1892 por el presidente Porfirio Díaz, en La Plaza Buenavista, fue retirada y seguramente la llevaron a un parque capitalino.
El 13 de agosto del 2021, los usuarios del Metro se enteraron de la nueva denominación de la Estación que tiene dos accesos a la Plaza de la Constitución: Estación Zócalo/Tenochtitlán. El cambio se dio a petición de ciudadanos de la Ciudad de México. Eso se informó oficialmente. ¿El motivo de la petición?, recordar la fecha de la Caída de Tenochtitlán. Doy por válida la versión, pero dudo que los capitalinos conozcan tanta historia.
Aunque no está relacionado con la “desespañalización”, comento que la jefa del Gobierno capitalino aseguró que 200 mil personas votaron para que un ahuehuete fuera plantado donde estuvo una palma centenaria, también en Paseo de la Reforma.
Lástima que el arbolito se convirtió en una varita seca. ¿Cuándo y cómo la consulta?
¿QUÉ SEGUIRÁ EN “TRANSFORMACIÓN”?
Desconozco si hay un plan más amplio para continuar las modificaciones a nomenclaturas, a la historia e impulsar la moderna interpretación de los sucesos registrados en México Tenochtitlán.
Por ejemplo tenemos que una de las arterias más transitadas y de mayor comunicación vial, es la calle Isabel la Católica, de extenso kilometraje que comienza en la esquina con la calle de Tacuba, cruza el Centro Histórico, atraviesa por varias colonias y termina en Ángel Urraza o sea el Eje 6 Sur, Alcaldía Benito Juárez.
Debe recordarse que la reina Isabel la Católica y su marido, el rey Fernando de Aragón patrocinaron la aventura de Cristóbal Colón para que llegara a tierras americanas y “traer desgracias para los nativos”. El Descubrimiento de América, El Día de la Raza. El acontecimiento se maneja políticamente.
En el poniente de la Ciudad de México está el Parque España, inaugurado en 1821 por el entonces alcalde Herminio Pérez Abreu, quien estuvo acompañado de su pequeña hija, a la postre mamá de nuestro conocido intelectual Rafael Pérez Gay.
Fue uno de los actos importantes en el Centenario de la Consumación de la Independencia. En ese terreno, me dijeron, estuvo el Hipódromo.
El parque está, geográficamente, en las Colonias Roma y Condesa. Muy cercano otro lugar de visita diaria, el Parque México, éste localizado en la muy renovada y zona de lujo, Colonia Condesa
Queda en la agenda La Malinche. Doña Maroma. Mallinalli, de origen náhuatl. Nacida en tierras veracruzanas.
Ella procreó un hijo con Hernán Cortés, el reconocido Martín Cortés, heredero y propietario de la superficie donde está el colonial Palacio Nacional.
Además Doña Marina es recordada porque con el conquistador vivió en una gran casa en el Barrio de La Conchita, Alcaldía Coyoacán. La construcción de estilo europeo, es conocida como La Casa Colorada.
En Tlaxcala hay un Parque Nacional, un Centro Vacacional del IMSS y un Cerro con el nombre de La Malinche. En la Alcaldía Gustavo A. Madero tenemos la Colonia Malinche.
OPINIÓN DE CARLOS FUENTES
Considero oportuno e importante lo que leí en el libro “El Espejo Enterrado” del galardonado y siempre gratamente recordado Carlos Fuentes, quien nos heredó el siguiente concepto: “No es borrando símbolos o nombres españoles como se podrá alcanzar la plena identidad, no solo de México sino de América Latina en su conjunto”.
El autor de Aura, nombre de mi nieta e hija de mi querida Trizia Esther, también afirmó, pronosticando, que “México podrá superar traumas y desencantos, cuando concilie plenamente su parte”.
jherrerav@live.com.mx