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Ráfaga 

(La suerte está echada, el tricolor pasó a la historia).

Cualquier mexicano mayor de 25 años, máxime si se dice político, no puede negar que ha oído hablar de Luis Donaldo Colosio Riojas y lo conocen por ser abogado litigante e iniciarse en su segundo cargo político, primero diputado local y hoy es el presidente municipal de Monterrey. Sorpresivamente apareció como viable candidato presidencial, según encuesta del diario Reforma.

Sí le menciono el nombre de Alejandro Moreno Cárdenas, la respuesta es con una simple interrogación, ¿quién es?, pero tal vez haya oído hablar de “Alito”, también apodado, en el medio político, “Amlito”. Es parte del reducido grupo de diputados  en San Lázaro.

Para enterarme de “Alito”, encontré algunos datos. Nació el 25 de abril de 1975 en la capital de Campeche y es licenciado en Derecho por el Instituto Tecnológico y Estudios Superiores René Descartes. Ningún antecedente que lo perfile como un político destacado, a pesar de que fue diputado federal, senador y gobernador de su terruño, donde hizo militancia PRIista, sin sobresalir ni ser impulsor de progreso. Morena tranquilamente en las urnas derrotó al PRI y hoy gobierna Layda Elena Sansores San Román, expriista y experredista.

El caso es que el Partido Revolucionario Institucional requería de un militante con fuerza para ser líder y sacar del marasmo al partido, el gobernador de Campeche pidió licencia y consiguió la presidencia nacional del tricolor. Quiénes apadrinaron esa llegada, la verdad, lo desconozco, pero sí estoy enterado de que desde el 18 de agosto de 2019 arribó, al derrotado instituto político, el hombre que tiene no agonizante sino muerto, al hace muchos años invencible.

“Alito”, como es llamado por sus íntimos, recibió un partido que tenía gobernadores en Campeche (el interino que dejó), Coahuila, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Oaxaca, Tlaxcala y Zacatecas. En las recientes elecciones, el PRI perdió las 15 gubernaturas en juego. 9 para Morena, 2 para el PAN, una el Movimiento Ciudadano y otra para la familia del Verde.

Se comentó, que cuando era gobernador, coqueteaba con el Presidente de México, no el tabasqueño con él, de ahí nació la cercanía entre el campechano y Don Macuspano, dando origen a su nuevo apodo “Amlito”, con cariñito, a sus 46 años de edad. En las elecciones intermedias, en Campeche, ni las manos metió para impulsar a sus candidatos, imponiéndose los morenistas.

DOS COSTOSOS DESCALABROS

El sábado pasado al concluir una “asamblea nacional”, sin pudor alguno y con una cara de satisfacción plena, “Alito” dijo que está listo para el 2024 y que será candidato presidencial. Sería conveniente que quienes tienen experiencia política se unieran para emprender el reencauzamiento del partido y luchar por las gubernaturas que estarán en juego.

Verdaderamente a los militantes y simpatizantes del PRI, los pocos auténticos que quedan, se les cae la cara de vergüenza. En la historia del PRI, no del PNR ni del PRM, un dirigente nacional actuaba tan estúpidamente como Moreno Cárdenas.

Todos creíamos que con la soberbia y el despotismo de Roberto Madrazo Pintado, quien se impuso, como candidato en los comicios presidenciales del 2006, el PRI se desmoronaba. El tabasqueño perdió ante Felipe Calderón y regresó, también sin pena alguna, a Tabasco. Interinamente gobernó acertadamente el profesor, economista y diplomático don Víctor Manuel Barceló Rodríguez, quien ahora representa a México en Uruguay.

Para entonces, 2006, el PRI daba tumbos por todos lados. Desde el salinato (1988-1994) se fraguaba desaparecer, no transformar, actualizar o superar errores que le costaron perder, en 1997, el poder político en el Distrito Federal, frente al novedoso PRD. El plan de carlos salinas de gortari era olvidar los orígenes del partido emanado del movimiento revolucionario de 1910 y crear el Partido de la Solidaridad, aunque fracasó, “La Hormiga Atómica” no se quedó con los brazos cruzados e influyó en la derrota del economista sinaloense priista Francisco Labastida Ochoa, en las presidenciales del 2000. Hubo el “primer gobierno de alternancia”.

LO QUE FALTABA, ENLOQUECIÓ

Los y las supervivientes de los días de gloria del PRIismo, por no llamarle “Vieja Guardia”, así como los simpatizantes, están escondidos y mantienen cerrada la boca. Ni se aparecen por las oficinas de la dirigencia nacional, como tampoco promueven actividades para resucitar al “enclenque” de 91 años cumpliditos. Los que fueron gobernadores, senadores, diputados federales o locales, presidentes municipales, desaparecieron sigilosamente. 

Solo queda uno que merece todo mi respeto, porque sigue activo y, recientemente, en la Cámara de Diputados pronunció un discurso, plenamente con sentido político, basado en la ideología revolucionaria y ese señor es, don Augusto Gómez Villanueva, decano de los legisladores. Busquen el texto de su intervención con motivo del homenaje que se rindió a la Marina en ocasión de su aniversario 200. El aguascalentese hizo un llamado a la unidad.

“Alito” desconoce lo sucedido dentro del PRI en estos últimos 21 años. Imposible interrogarlo sobre los hombres y mujeres que condujeron las campañas para hacer triunfar a los candidatos del tricolor. No los conoce.

El campechano dice estar “listo” para ser el candidato presidencial del PRI en el 2024, “porque ya fui tres veces diputado, senador y gobernador”. ¿Sí? ¿Qué sabe de la problemática nacional? ¿Ya se le olvidó que juró compartir aventuras con el PAN y el PRD? de verdad, Moreno Cárdenas perdió la razón.

No se da cuenta que de agosto de 2019 a la fecha el partido ocupa lugares secundarios en el Congreso de la Unión, que con apenas se ganaron en once distritos (de 300) y los 64 diputados restantes son del “regalo”, una muy pequeña del pastel y peor están en el Senado.  En el Congreso de la Ciudad de México, de las 66 curules solo 6 tienen el escudo del PRI o sea escasamente el 10 por ciento del total.

Vienen las elecciones del año entrante en seis Estados. En dos de las entidades se mantiene el poder tricolor y la permanencia del mismo en otro. Oaxaca está gobernada por Alejandro Murat Hinojosa, quien no oculta su adhesión a Don Macuspano. En Hidalgo, donde el PRI se mantiene invicto en la gubernatura, Omar Fayad tendrá que cerrar muy duro si quiere impedir el triunfo de Morena, aunque ya se unió con PAN y PRD.  Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, son del blanquiazul; Quintana Roo es, por unos meses más, el último reducto del PRD.

En la historia del otrora invencible, ésta es la primera vez que no da una y la dirigencia no hizo ni hace nada por reagrupar a sus seguidores, no realiza una campaña de afiliación, tampoco programa actividades en los tres niveles (federal, estatal y municipal) para recuperar terreno. “Alito” está dedicado a consagrarse como el peor de todos los presidentes nacionales del PRI y lo conseguirá.

jherrerav@live.com.mx