Ráfaga
(Reconocimiento a Ifigenia Martínez y al D. Velasco Suárez).
El próximo jueves termina septiembre, nuestro Mes Patrio y es bueno comentarles que entre los días 27 y 30 recuerdo a cuatro personajes. Uno, autor de Los Sentimientos de la Nación; el segundo, el primer presidente de México. El tres, se proclamó Emperador de México y el cuarto, un Niño Héroe no reconocido.
Obvio, ya los identificó. Lo sorprenderá el nombre completo de cada uno. Tres fueron fusilados y uno murió por enfermedad.
Con el nombre de José María Teclo Morelos Pavón y Pérez, José María Morelos y Pavón, fue bautizado en la Catedral de Valladolid. Nació en el pórtico del Convento de San Agustín, cuando su mamá salía de misa el lunes 30 de septiembre de 1765.
Tuvo tres hermanos y cuatro hermanos; fue el tercero. Sus padres, José Manuel Morelos y Estrada y Juana María Guadalupe Pérez-Pavón y Estrada.
En San Cristóbal Ecatepec, Edomex, lo fusilaron el 22 de diciembre de 1815.
Gran fiesta en Morelia, Michoacán, el jueves 30 de septiembre.
También en Valladolid, de familia “acomodada”, vio la primera luz el 27 de septiembre de 1783, Agustín de Iturbide. Consumada la Independencia y firmada el Acta correspondiente, se convirtió en Agustín I, Emperador de México.
Poco le duró estar en el trono, se exilió y al regresar fue declarado traidor a la Patria. Le hicieron juicio sumario y lo fusilaron el 19 de julio de1824, en el poblado de Padilla, Tamaulipas.
Su esposa fue Ana María Huarte. Sus nombres completos: Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu. Ella, Ana María Josefa Ramona Huarte Muñiz. Los restos de él en un altar de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Los de ella en un cementerio norteamericano.
En la hoy población de Tamazula, Durango, el 29 de septiembre de 1789 nació el primer Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Bautizado como José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, nombre que cambió por el de Guadalupe Victoria, al ganar una batalla en Oaxaca, a las órdenes de José María Morelos. En 1835 lo eligieron presidente del Senado de la República. Fue el primer presidente soltero y hasta 1841 contrajo nupcias con María Antonieta Bretón y Velázquez. El duranguense murió de epilepsia, a los 50 años de edad, en Perote, Veracruz.
A los 15 años de edad fue defensor del Castillo de Chapultepec y junto con uno de sus compañeros que murió, el cadete Miguel Miramón no es reconocido como Niño Héroe. Este jovencito tiene en su haber tres fechas históricas: General a los 26 años y uno después Presidente de México, además de ser el ex presidente más joven al morir, 35 años.
Su nombre real: Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarejo. Su esposa se llamó Conchita Lombardo y ella se llevó los restos de su marido, del Panteón de San Fernando (Ciudad de México) a la Catedral de Puebla, donde se encuentran en uno de los altares. El motivo, don Benito Juárez también fue inhumado en ese mismo cementerio. Vivió sus días de gloria en el Imperio del austríaco Maximiliano de Habsburgo y murió con él, fusilados, en el Cerro de Las Campanas, en Querétaro, el 19 de junio de 1867.
Los restos de Morelos y de Guadalupe Victoria están depositados en urnas, en la Columna de la Independencia, en el Paseo de la Reforma. Salvo Miramón, los otros tres personajes nacieron cuando aún regían los virreyes de la Nueva España.
CLEMENTINA, A LA ROTONDA
Al conocer la trayectoria de Clementina Otero quedé impactado. ¿Quién es ella? Se trata de una gran actriz del teatro mexicano, perteneciente a una generación de intelectuales, escritores, que constituyen el Teatro Mexicano de Vanguardia. Una mujer exageradamente discreta y callada. La equipararon a Virginia Fábregas y a María Teresa Montoya, ambas descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, de la Ciudad de México, donde considero debería recibir un espacio, la maestra de muchas generaciones de actores y fundadora de escuelas y teatros para ese espectáculo, además de ser una diva en el escenario.
Originaria del Distrito Federal llegó a este mundo el 13 de noviembre de 1909 y este jueves 30 se recordará que falleció hace 25 años. El inicio de su carrera fue circunstancial, ella no lo tenía pensado. El novio de su hermana mayor, Araceli, era Celestino Gorostiza. Él habló con don Antonio Otero Moreno para que permitiera que Clementina ingresara como actriz al teatro. Con autorización del padre y consentimiento de la madre, Clementina Mena Cantón, la joven de 17 años pisó, por primera vez, un escenario.
RIVAS MERCADO Y LOS CONTEMPORÁNEOS
Como se dice, don Celestino, tuvo muy buen ojo. En corto tiempo Clementina demostró valores para convertirse en una apasionada del teatro escénico. Su debut fue en el Teatro Ulises, cuya historia está ligada a otra destacada mujer, Antonieta Rivas Mercado, fundadora y financiadora del referido teatro que albergó a un grupo de escritores e intelectuales, integrantes denominado Los Contemporáneos, organizado en 1928 y del cual Clementina fue la última sobreviviente. Murió a la edad de 87 años.
Clementina Otero, esposa de Carlos Barrios Castelazo y madre de su única hija, Marianela, destacó como actriz del teatro vanguardista. Inició su carrera como actriz e inclusive llegó a tomar parte en varias películas. Al mismo tiempo se relacionaba con intelectuales como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Jorge Cuesta, Carlos Pellicer, Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano, Jaime Torres Bodet, Enrique González Rojo, Samuel Ramos y por supuesto Celestino y José Gorostiza.
Escritores, dramaturgos, actores y la mecenas Antonieta Rivas Mercado, integraron a una familia que sentó precedentes en el teatro mexicano. Después de su arrollador triunfó como Denisse, de la obra El Peregrino, Clementina llenaba las salas teatrales y todas sus actuaciones eran elogiadas por la crítica. Xavier Villaurrutia escribió para ella la obra “En qué piensas”. Seguramente porque la actriz era una mujer silenciosa, no antisocial, al grado que en una ocasión Xavier le dijo a Owen: “te la encargo, creo que esta niña es tonta o muda”.
El 9 de agosto de 1945 se despidió actuando como la Señora Manningham, en la obra “La Calle del Ángel”, de Patrick Hamilton, compartiendo créditos con Alberto Galán y Carlos López Moctezuma. No había un asiento vacío en el Teatro Virginia Fábregas. El público, de pie, ovacionó por varios minutos a Clementina y le gritaba que no se fuera, que no se retirara. La decisión estaba tomada.
Por espacio de 35 años se dedicó a la docencia, aplicando los conocimientos adquiridos en las tablas y en la Universidad de Yale. Fundó el Teatro Infantil de Bellas Artes, con el apoyo del ilustre Benito Coquet, director de Educación Extraescolar y Estética, de la SEP. Constituyó la Escuela Teatral de Bellas Artes. Impulso internacionalmente la Compañía de Danza y el Ballet Clásico de México. Formó generaciones de actores, entre ellos Virginia Gutiérrez, Socorro Avelar, Héctor Gómez, Luis Gimeno.
Por invitación de otra internacional, Amalia Hernández, se incorporó al Ballet Folclórico de México. Dirigió la Escuela de Danza Moderna y la de Danza Folclórica, de 1973 hasta dos semanas de morir, 23 años en que no dejó de cumplir con su tarea docente. Méritos para ser llevada a la Rotonda de las Personas Ilustres, los acreditó su carrera de casi 70 años en escena.
P.D. Les comento que este año la Medalla Belisario Domínguez 2021 será entregada a sus 91 años de edad, a doña Ifigenia Martha Martínez y Hernández, economista, académica y política y al eminente médico neurólogo chiapaneco Manuel Velasco Suárez y Rodríguez, el jueves 7 de octubre. Los familiares del doctor Velasco Suárez, fallecido hace casi 20 años, serán los receptores de la presea. El Senado de la República será el escenario de la ceremonia.
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