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x.- Moneda de Plata para México

Hay personas a las que les gusta jugar con el peligro y se emocionan cuando logran salvar su vida de las garras de la muerte.

Vemos videos de surfistas que se montan sobre su tabla y se precipitan, a una velocidad vertiginosa, sobre olas que alcanzan el tamaño de una montaña, antes de romperse estruendosamente en la orilla. Los surfistas hacen esto porque les provoca emoción retar a la muerte a convertirlos en sus víctimas, y finalmente, engañarla.

Hay infinitas formas de jugar con el peligro para sentir esa adrenalina.

Y una de ellas es jugar con el Bitcoin supuestamente, una «moneda digital». Los inteligentes conocen el peligro de jugar con Bitcoins, pero eso no los desanima en absoluto, al contrario: el peligro los incita más a participar en el juego ¡les encanta esa emoción!

El Bitcoin no es dinero ni es una moneda, sólo es un juego digital, un juego que consiste en acumular dígitos electrónicos, que se supone que representan dólares, o algún otro dígito vacío, supuestamente «monetario».

Si a usted le gusta jugar con el peligro para sentir emoción, adelante: puede divertirse jugando con Bitcoins y compañía.

Pero considere que las criptomonedas son un juguete emocionante para los inteligentes y que sólo los tontos las consideran inversiones serias. Los tontos argumentan que «sólo 21 millones» de Bitcoins pueden “extraerse”, utilizando la extracción física de oro como un símil para respaldar la ficción de que «el trabajo involucrado» es lo que da valor a una cosa, una teoría completamente desacreditada hace muchos años.

J. P. Morgan dijo: «El oro es dinero; todo lo demás es crédito».

Porque el oro es físicamente tangible, mientras las criptomonedas son dígitos electrónicos, tan cerca de nada en absoluto, que son más «idea» que otra cosa, lo cual también aplica para todo el dinero de papel y electrónico que usamos actualmente.

Los incautos promotores de las criptomonedas suponen que la actual era electrónica durará para siempre. Y por supuesto, están equivocados. En muchas partes del mundo no se disfruta de electricidad; así que, en esas regiones, las criptomonedas no tienen ningún significado.

Pero en Estados Unidos y otras partes del mundo, el día que falte la electricidad, por cualquier causa, también ahí, los dígitos resultarán bastante inútiles. Quienes pensaban que tenían millones y millones de «dinero digital» (dólares, euros, libras o lo que sea), se encontrarán en problemas inesperados. Los incautos dueños de criptomonedas van a encontrarse en medio de un buen lío, mientras que los propietarios de monedas de oro, ciertamente no pasarán hambre.

Muchos sabihondos piensan que el dinero -totalmente artificial- que usamos en el mundo actual, permanecerá para siempre; suponen que todos los inventos de dinero fiduciario intangible que utilizamos hoy, serán elementos del futuro.

Se equivocan y tienen mucha compañía, porque como dice el viejo refrán: «los tontos se cuentan por legiones».

El oro pasa, de manos de los tontos, a manos de los inteligentes. Mientras los tontos sigan dominando al mundo, el oro se esconderá y las criptomonedas vivirán su gran día. Pero el día que los tontos y su dinero ficticio sean barridos por la Realidad, el oro volverá a lo suyo.

Siempre ha sido así y siempre lo será.

plata@plata.com.mx