Jesús Te Ampare
“Cuando los gobiernos temen al pueblo, hay libertad; cuando el pueblo teme al gobierno, hay tiranía”.
La sentencia de Thomas Jefferson (tercer presidente de los EEUU) resuena con fuerza en el México actual, donde la libertad se ve constantemente sometida a una inspección ideológica y a un control político disfrazado de democracia participativa.
La presidenta Claudia Sheinbaum asegura respetar la voluntad popular, pero cada vez que el pueblo se organiza y exige la defensa de sus derechos, desde Palacio Nacional se activan los ataques, la descalificación y el espionaje político.
Una ciudadanía vigilada, condicionada o amedrentada no es libre: es súbdita, es decir está sujeta a la autoridad de un superior.
El verdadero temor del gobierno no debería ser la crítica, sino el día en que el pueblo deje de expresarla.
Pero en la administración actual, la censura digital, el hostigamiento hacia medios que no aplauden la narrativa oficial y el uso del aparato de justicia para castigar opositores van marcando una línea clara: el poder prefiere al ciudadano obediente (de fe ciega) antes que al ciudadano libre.
Cuando un gobierno teme a la verdad, persigue, con todo el poder ilimitado y oprobioso, a quienes la cuentan.
Cuando un gobierno teme la apertura, militariza las calles, cierra el paso a la vida pública.
Cuando un gobierno teme al pueblo (su poder está amenazado por la voluntad y la organización ciudadana), entonces sí hay libertad.
Pero cuando busca que el pueblo lo tema, una sombra peligrosa se cierne sobre la nación.
México ha demostrado históricamente que es un país indomable, donde la dignidad se defiende en plazas públicas, en redes sociales, en universidades y en las urnas. Ningún mandatario, por poderoso que se sienta, ha logrado arrebatar esa esencia.
Hoy la pregunta es clara:
¿Queremos un gobierno que escuche a su gente o un régimen que exija silencio?
¿Queremos libertad para disentir o miedo para callar?
La respuesta, como siempre, está en manos del pueblo. Porque la libertad no se implora: se ejerce.
Y cuando un pueblo decide no temer, ningún gobierno puede tiranizarlo.
ceciliogarciacruz@hotmail.com