Jesús Te Ampare

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XALAPA, VER. 5 09 2025.-En once meses, la presidenta Sheinbaum ha dejado claro que distingue con nitidez entre los colaboradores que aportan al proyecto nacional y aquellos que se han convertido en un obstáculo.

El reto inmediato consiste en garantizar que su gabinete no sólo sea funcional, sino también leal a la ruta que ha marcado para el país.

En la esfera política se menciona con frecuencia que la mandataria mantiene en alta estima a figuras como Luisa María Alcalde, Dolores Padierna, Alfonso Ramírez Cuéllar y Rocío Nahle.

Todos ellos leales al Movimiento, con un perfil pragmatista para traducir las directrices del régimen morenista en acciones concretas.

Su valor radica en la capacidad de articular consensos y en la lealtad ciega para consolidar el proyecto ideado por el obradorato.

Al mismo tiempo, en el equipo presidencial conviven perfiles que generan fricciones internas y que nunca encuentran un punto de reposo.

Se trata de funcionarios tachados como ineficientes, corruptos o excesivamente ambiciosos, que priorizan sus intereses personales antes que el bien común.

En política, la toxicidad crónica interna puede ser tan dañina como la oposición externa, y la presidenta lo sabe; mantener a estos actores cerca implica riesgos de desgaste, filtraciones y pérdida de credibilidad.

La mandataria conoce las tácticas poco convencionales del zacatecano Ricardo Monreal para generar ruido y atraer la atención; al líder de la Cámara Baja se le considera falso de toda falsedad.

Tiene bien medidos los “pasos negros” de Adán Augusto (dueño de La Barredora); el exceso teatral del “charanguero” Noroña y la doble moral de Mario DelgadA (Perdón por el error de dedo) y la del junior viajero que se incomoda que le llamen “Andy”.

Todos ellos fueron impuestos por López Obrador. Hoy en día están distanciados de la mandataria. ¿Será por coincidencia o por línea de Palenque?

La estabilidad del gobierno dependerá en buena medida de la capacidad de la señora Sheinbaum para realizar una purificación selectiva de su gabinete.

No se trata únicamente de remover piezas incómodas, sino de fortalecer la estructura con perfiles que garanticen resultados tangibles.

En este proceso, la mandataria deberá equilibrar la firmeza política con la prudencia estratégica, cuidando que cada movimiento fortalezca, y no fracture, la narrativa de continuidad con cambio.
Los ajustes llegarán cuando las circunstancias lo ameriten.

Mientras tanto, la presidenta mantiene en observación a quienes operan de espaldas al proyecto y mide con lupa la eficacia de cada integrante del gabinete.

La decisión será inevitable: un gobierno que se propone trascender necesita colaboradores que sumen, no que resten.

Sheinbaum tiene frente a sí la oportunidad de consolidar un equipo compacto y leal.

El éxito de su administración dependerá, en buena medida, de su capacidad para separar a los aliados verdaderos de los que sólo buscan “jalar agua para su molino”.

Este domingo la presidenta informará al pueblo bueno y sabio de Veracruz, todo lo realizado en once meses.

Su visita honra a su amiga Rocío Nahle, quien tendrá la oportunidad de consolidar su relación personal.

Cuando Don Fernando Gutiérrez Barrios fue invitado a formar parte del gabinete de Carlos Salinas de Gortari, los veracruzanos lo despidieron con estas palabras: “México, lo necesita; Veracruz, lo entiende.

¿Con Rocío Nahle se repetirá esta historia?
ceciliogarciacruz@hotmail.com