Lo bueno
A pesar de la inflación mundial y del encarecimiento del costo del dinero, la economía mexicana no se estancó.
Los indicadores fundamentales lucen bien y tenemos señales de una economía estable: el Peso frente al Dólar se fortaleció, la inversión extranjera directa fue la más alta en cinco años (por la reubicación de plantas desde China hacia América del Norte o nearshoring); hubo disciplina fiscal y control del gasto público; un déficit marginal en la balanza de pagos; el precio interno de la energía se mantuvo dentro de la inflación esperada, y la creación de empleos está en niveles superiores a los registrados antes de la pandemia.
A ello hay que agregar los tres motores que están incentivando al mercado interno, es decir, el crecimiento sostenido de las remesas, el incremento por cuarto año consecutivo en los salarios mínimos y la inyección directa al consumo, que representan los casi 700 mil millones de pesos de los 18 programas sociales del Gobierno federal.
Todos estos factores, aunados a la inversión más alta este año en tres proyectos de infraestructura pública (la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Corredor Transístmico), harán posible que la economía mexicana crezca ligeramente arriba de lo esperado, después de dos años de crecimiento cero.
Lo malo
La inseguridad sigue causando estragos, a pesar de todos los esfuerzos del Gobierno federal. Cabe señalar que la mayor parte de los delitos de alto impacto se han contenido y que los estados con alta incidencia delictiva se concentraron en un grupo de ocho entidades.
Los altos márgenes delincuenciales se relacionan con la impunidad y la corrupción.
En el contexto de la teoría económica del crimen, entre los costos que lo anterior significa, además del gasto directo en entrenamiento o implementos necesarios para cometer el delito, se debe incluir el costo esperado del castigo, no solo el de la multa o la cárcel, sino también el de la atrición moral (como lo sostiene Gary Becker) y de otros riesgos intangibles.
En ese contexto, el costo de la inseguridad en términos del PIB y de lo que invierten las empresas para seguir operando alcanzó este año su punto más alto.
En el colmo de la cooptación de grandes espacios urbanos por parte de los grupos criminales, se han recopilado testimonios, e incluso en redes sociales circuló un video, sobre camionetas (presumiblemente del Cártel Jalisco Nueva Generación) cerrando calles, prácticamente en el centro de la Perla Tapatía, para repartir juguetes y obsequios entre la población del lugar. Todo esto, a tan solo unos metros de la Base 1 de la Policía de Guadalajara.
Asimismo, la crispación que produce la inseguridad alcanzó a las ramas en que se divide el poder público para su ejercicio. Un Poder Ejecutivo que reclama y exhibe el debido pretexto de algunos Jueces que liberan a delincuentes; una mayoría legislativa acusada de militarizar al país, y un Judicial que se siente apabullado por la ineficacia e incomprensión de los otros dos.
Lo feo
Las luchas intestinas al interior del partido MORENA han conseguido polarizar a la sociedad, conllevando una serie de ofensivas en contra de la cultura de paz y el Estado de derecho.
Esto hace necesaria una propuesta de reconciliación, renacimiento y reencuentro entre las y los mexicanos, para recuperar la grandeza de la Nación y ayudarnos a enfrentar los nuevos retos y realidades de un mundo en constante transformación económica, social, ecológica, tecnológica y política.
Por otro lado, resulta lamentable que las y los migrantes mexicanos y centroamericanos sean utilizados como carne de cañón y medio de presión política.
Si bien las autoridades de nuestro país han buscado que las personas migrantes del extranjero en situación irregular puedan atravesar el territorio nacional en un ambiente de tranquilidad y con pleno goce de sus derechos humanos, en el panorama político por el que atraviesa EUA se les está usando como medio de presión político-económica hacia México.
No obstante las constantes denuncias de integrantes de las caravanas que cotidianamente transitan por territorio mexicano, ante las actividades de los grupos de delincuencia organizada, que los victimiza por medio de secuestro, tráfico de personas, tortura y otros delitos y tratos crueles, inhumanos y degradantes, cruzando la frontera norte aparecen fenómenos de revictimización; apenas hace unos días tres autobuses llenos de migrantes fueron enviados desde Texas a la residencia oficial de la vicepresidenta de Estados Unidos, con fines o intereses meramente políticos.
El discurso (aunque también los hechos) antiinmigrante se ha venido recrudeciendo en el país vecino del norte, en aras de favorecer las pretensiones de un grupo importante de políticos en campaña, especialmente del Partido Republicano. Lo vimos en la elección intermedia del pasado noviembre, y seguramente se agravará para la presidencial de 2024 en aquel país.
Cuidado: un fascio antimigrante se gesta en el norte y nos puede pegar directamente.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA