Por: Jorge Herrera Valenzuela
Alfa Omega
Como aconteció en el principio de otros siglos, el que estamos viviendo registra en su comienzo un mortal ataque a los millones de seres que habitábamos en el planeta Tierra. Las actividades de todo orden, están suspendidas.
El permanecer en casa, es obligatorio para no contraer el contagio. Quedan funcionando hospitales, servicios de emergencia, comercios de abastecimiento de víveres. Médicos, enfermeras, afanadoras, militares, marinos, policías y operadores de transportes colectivos, se mantienen permanentemente en el activo.
En países europeos y asiáticos la orden es terminante, nadie debe abandonar su vivienda, salvo casos plenamente justificados.
El Coronavirus tomó por sorpresa a los pobladores de una provincia de China. Fueron los primeros atacados por el mal y éste se extendió con tal rapidez que la noticia se esparció mundialmente.
En pocas horas el contagio cruzó fronteras y llegó a Alemania, a Italia, a Francia y a España, en una primera etapa. Se empezaron a contar por miles los afectados y por cientos los que perdían la vida.
En Estados Unidos de América y en México los respectivos gobiernos, más bien los correspondientes presidentes, no le dieron la importancia al suceso. Después los brotes se dieron en Sudamérica,
Hoy los yanquis superaron en víctimas a la misma China. En México el hombre de Palacio Nacional se mostró incrédulo, se amparó en estampitas religiosas y uno de sus cercanos colaboradores dijo que era un hombre “con gran fuerza moral” que solo contagiaba amor y otro lo clasificó como “excelente científico”.
Sin embargo la gravedad de la situación, ha hecho que dicten medidas estrictas y esperemos que la humanidad salga adelante. Por ahora no es el momento de lanzar cargos y de señalar omisiones, sino que debemos solidarizarnos.
Ya hubo un panel en el que intervinieron los presidentes de diferentes países, a efecto de exponer sus puntos de vista para solucionar el problema. También se registró como suceso histórico, el primero en la historia de la Iglesia Católica, que el Papa Francisco haya enviado un emotivo y tranquilizador mensaje a todo el mundo e impartido la bendición Urbi et Orbi (a la Ciudad y al Mundo) desde el interior de El Vaticano y con la Plaza de San Pedro totalmente sin un alma, lo que nunca había ocurrido.
Así pues, entendamos que todos somos responsables de que la pandemia, en nuestro querido México, sea de menores alcances. No es tiempo de discutir, no es el momento de criticar, es ahora cuando debemos cuidar nuestra salud y la de todos los que nos rodean. Acatemos las medidas sanitarias que están en vigor. Pensemos en que todo es reparable, de que se trabajará con ahínco para superar los daños materiales, pero nada hay para restituir vidas humanas.
Faltan muchos días, tal vez semanas o meses para salir de esta crisis e iniciar cautelosamente la reparación en lo social, en lo económico y hasta en lo político. El minimizar lo que sucede o soslayarlo, es criminal. Los mexicanos todo lo tomamos a broma y sarcásticamente actuamos en relación con la muerte y por ello no faltan los que se consideran inmunes. Tampoco es para reírse, sino para avergonzarse, lo expresado por el gobernador del Estado de Puebla, en el sentido de que el coronavirus ataca a los ricos y no a los pobres, como el propio declarante. De verdad que es decepcionante que por enésima ocasión el morenista Luis Miguel Barbosa Huerta manche su carrera política.
Concluyo el comentario con una reflexión del Papa Francisco: “Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”.
P.D. La noche del jueves 24 tras 103 años y meses de vida, se fue uno de los grandes, de los naturales y auténticos referentes del futbol soccer mexicano: Don Ignacio Trelles Campos, guadalajareño que fue jugador, entrenador, director técnico de Selecciones Nacionales, único con 15 títulos futbolísticos en su historial….Don Nacho, conocido así en su medio, fue un delantero estrella en el Necaxa, equipo donde debutó en 1934. Después vistió la camiseta del añorado Marte; más tarde jugó con los entonces “canarios” del América, luego con la oncena regiomontana del Monterrey y terminó en las filas del popularismo Atlante; también perteneció a los Vikings de Chicago…Como entrenador desfiló por los siguientes equipos: Zacatepec (lo ascendió a Primera División y dos veces campeón), en dos temporadas consecutivas ganó el campeonato con el Cruz Azul, igual sucedió al dirigir a los Diablos Rojos del Toluca. El séptimo trofeo lo recibió tras la victoria del Marte…Trelles se “doctoró” como árbitro, pero nunca ejerció. La historia es muy larga sobre el hombre leyenda que el 31 de julio hubiese cumplido 104 años.
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